Localizan cadáver de un hombre en localidad de Los Llanos, La Unión
CHILPANCINGO, Gro., 21 de mayo de 2014.- Más de 140 mil habitantes de la zona serrana del estado están en riesgo de sufrir nuevamente los embates de la naturaleza, ante la inminente generalización de la temporada de lluvias, luego de que se ha iniciado la temporada de ciclones y huracanes en la cuenca del Pacífico, puesto que a ocho meses del paso de la tormenta Manuel, muchas comunidades siguen incomunicadas, con caminos cortados y puentes destruidos, ya que no ha iniciado la anunciada reconstrucción.
Esto fue denunciado por Severo Oyorzábal Díaz, ex presidente municipal de Heliodoro Castillo y ex líder del Consejo Supremo de los Pueblos del Filo Mayor, quien advirtió que es seguro que este problema alcanzará niveles alarmantes conforme se regularicen las lluvias, pues lo grave de esta situación, es que con la incomunicación se generará desabasto, tanto de alimentos como de medicamentos en los centros de salud.
Oyorzábal Díaz reprochó que hasta la fecha los gobiernos federal y estatal se han olvidado de los pueblos de la sierra, ya que de los millonarios recursos anunciados para la reconstrucción por el gobierno de Enrique Peña Nieto, nada ha llegado a aquellas comunidades marginadas, que a pesar de ser importantes productoras de alimentos, siguen prácticamente aislados.
Ejemplificó que ni siquiera los puentes vehiculares que derribaron las lluvias atípicas de febrero del 2010 han sido reconstruidos. Comentó que las rutas que ya presentan serios problemas de incomunicación son la que va de Atoyac a Puerto Guadalupe, en el Filo Mayor, donde hay derrumbes; el puente Mezcaltepec, que tiene una longitud de más de 100 metros, no fue reconstruido; la ruta de El Paraíso a Piloncillos está de igual manera.
Es por ello urgente, expuso, que antes de que se regularicen las lluvias, tanto la SCT como la CICAEG instalen módulos de maquinaria pesada en lugares estratégicos de la sierra de Guerrero, es decir, en Tlacotepec, Lindavista, Fresnos de Puerto Rico y en Vallecitos de Zaragoza, para dejar transitables los caminos que están casi colapsados.