Propuestas y soluciones
Cuánta basura hay debajo del tapete michoacano… y cuánto apesta. Son los desperdicios orgánicos del crimen, acumulados por políticos inorgánicos, coludidos con lo más alto de aquel bajo mundo. Quienes gobiernan, y quienes han gobernado, tienen vela en el entierro del narcoestado fallido. Entre todos, lograron construir un narcogobierno, el primero plenamente documentado.
La porquería lanzada al ventilador, salpica al PRD; los gobiernos infaustos de Lázaro Cárdenas Batel y Leonel Godoy Rangel, fueron incapaces de contener el avance de la entonces preponderante Familia Michoacana derivada en Los Caballeros Templarios.
También salpica al Gobierno Federal de Felipe Calderón. El moreliano, obsesionado con su terruño, decidió usar todo el peso de la ley sobre alcaldes y funcionarios dizque corruptos, pero la ineptitud judicial terminó por hacer de aquel Michoacanazo bochornoso un sinónimo de vergüenza nacional.
Pero entre todos, el más manchado es el PRI, y en especial el ex gobernador Fausto Vallejo.
Tras la aparición del video que muestra la apatete confianza que su hijo Rodrigo le tiene al Profe Servando Gómez, el ex mandatario michoacano queda sin coartada.
En su momento, Fausto Vallejo Figueroa utilizó su precario estado de salud para defenderse de las acusaciones; sus repetidas ausencias lo obligaban a soltar los hilos del poder. Después, planteó una supuesta lejanía con su valido Jesús Reyna García. Tras la caída del Secretario de Gobierno –gobernador interino seis meses del año pasado–, el mandatario estatal dijo que Reyna en realidad nunca había sido de su entera confianza. Fausto también se ocupó de diluir los supuestos malos pasos de su vástago menor, cuando todo sólo era un secreto a voces.
Pero “la vida te da sorpresas”… y vino el tremendo giro.
–¿Cómo explicar ahora la presencia del narco en el gobierno y la familia del mandatario estatal?
La Tuta se les metió a la oficina… y a hasta la cocina. Si Vallejo lo supo, malo, si no, es peor.
Desde luego, el ex gobernador no debe ser linchado. Cualquier acto delictivo debe ser probado, juzgado y sentenciado, sin embargo, más allá de las implicaciones legales que puedan derivar de la investigación del video de El Gerber y La Tuta, Vallejo debe a sus ex gobernados una explicación, como mínimo acto de ética política.
Para el Gobierno Federal, el escándalo provocado por El Gerber es una papa caliente.
Hasta ahora, el Procurador General de la República, Jesús Murillo Karam, ha sido cuidadoso con las formas. Aun no hay acusaciones; las indagatorias marchan con prisa sin pausa, aunque los tiempos electorales, quiérase o no, juegan de estorbo contra el aparato oficial.
En Michoacán la exhibición pública no puede bastar. La integración de expedientes y la aplicación de castigos representan un reto para la autoridad que debe dar el ejemplo sobre funcionarios de su mismo partido. No fincar responsabilidades ante lo evidente sería una burla. La justicia debe aplicarse sin importar las consecuencias electorales.
–¿Será verdad que el Gobierno “no será tapadera de nadie”, como promete el diputado Manlio Fabio Beltrones?.
Los grandes perdedores, otra vez son los michoacanos, quienes el próximo mes de junio tendrán en la boleta electoral el mismo menú de siempre… pero ahora echado a perder.
Todo esto nos hace pensar lo que se esconde detrás del video difundido por la Agencia Informativa Quadratín, en el cual el junior menor del ex gobernador de cartón, se ensarta en muy probables relaciones prohibidas con quien de veras decide y manda en Michoacán. Servando Gómez Martínez, alias La Tuta… madre de todos los puercos; el más malo de malolandia.
SE BUSCA: ¿Alguien sabe el paradero del Comisionado Alfredo Castillo Cervantes, presente por ausente?
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