Hallan cuerpo embolsado y cubierto con una sábana en Chichihualco
MÉXICO, DF, 2 de julio de 2015.- Armada de valor, Clara Gómez, mejor conocida como el testigo protegido del caso Tlatlaya, ubicado como ‘Julia’, exigió justicia ante el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro-Juárez.
En la instancia, Julia pidió que la dejen en paz porque desde que relató hace un año cómo su hija Érika, de 15 años, fue asesinada por soldados del Ejército fue revictimizada por las autoridades mexicanas.
En el marco de la conferencia de prensa para presentar el informe ‘Tlatlaya a un año: la orden fue abatir’, Clara Gómez García acusó al gobernador del Estado de México, Eruviel Ávila, y al exprocurador general de la República, Jesús Murillo Karam, quienes al día siguiente de rendir su declaración ministerial aseguraron que su declaración, en condiciones de libertad, varió. “Y no fue así”.
“Estoy aquí para aclarar que el gobierno federal dijo que a mí me dio millones de pesos; no es cierto y me pone en riesgo de secuestro; eso es pura mentira, no tengo ni un peso y siempre he dicho la verdad, declaré en la SEIDO (Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada) y siempre dije la verdad, nunca me he contradicho.”
Su hija no forma parte de las personas que fueran privadas arbitrariamente de la vida en Tlatlaya, Estado de México; sin embargo, no fue reconocida como víctima de una ejecución extrajudicial y desde que rindió su declaración el 7 de octubre del año pasado, Julia cuenta con medidas cautelares ordenadas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para garantizar su seguridad, pero actualmente están en incumplimiento, por lo que tanto ella como su familia están en riesgo.
La nota en Quadratín México