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ZIRÁNDARO, Gro., 20 de septiembre de 2015.- El gobernador de Guerrero, Rogelio Ortega Martínez se quejó de las constantes plagas y fenómenos naturales que azotan a la entidad.
Este domingo el mandatario acudió a la comunidad de Las Parotas, en el municipio de Zirándaro, para entregar obra pública.
Al llegar se encontró con reproches y quejas de los campesinos, quienes exigieron apoyo gubernamental ante la pérdida de sus cultivos por causa de la sequía.
“Ni crea que le vamos a recibir los apoyitos de 300 pesos. Ni siquiera nos han venido a pagar el seguro catastrófico”, recriminó uno de los campesinos.
Tras escuchar el reclamo, Ortega Martínez se quejó de los perjuicios constantes que sufre la entidad a causa del cambio climático.
“Las calamidades azotan a Guerrero, nos cae un huracán y sino graniza y hasta mar de fondo nos resultó por allá en la costa… y ahora sequía”, lamentó.
El gobernador confió en que “Guerrero saldrá fortalecido de esta crisis” causada por la sequía, con el trabajo coordinado entre los campesinos y el gobierno en sus tres niveles.
“Guerrero necesita desarrollo, nuestros campesinos necesitan apoyo y más con las calamidades como la sequía de este año”, reconoció.
En los últimos dos años, la entidad fue azotada por los huracanes Ingrid y Manuel, seguido por la mayor sequía en los últimos 80 años, con lo que se perdió casi la totalidad de la producción estatal de granos básicos y se desató una mortandad de ganado vacuno.
Los cafetales guerrerenses fueron afectados por el hongo de la roya, el sorgo por el pulgón amarillo y el maíz por una plaga de gusanos.
Las costas del estado sufrieron en al menos tres ocasiones los embates del oleaje del mar de fondo y los productores de plátano de Tecpan perdieron cientos de hectáreas a causa de los ventarrones.
Un tramo difícil
El gobernador Rogelio Ortega Martínez reconoció que le tocó gobernar “un tramo cortito en tiempos difíciles”.
Dijo que la crisis ocasionada tras el asesinato de tres personas y la desaparición de 43 estudiantes de Ayotzinapa todavía “es una herida abierta, que no sana, que sangra y que nos duele”.
El mandatario reconoció la importancia de la detención de Gildardo Lopez Astudillo, alias El Gil o El Cabo Gil, presunto jefe de sicarios del cártel Guerreros Unidos y autor material del Caso Ayotzinapa.
Sin embargo, advirtió que “la investigación no termina mientras no se dé con la verdad”.
“La verdad no se impone, la verdad se investiga y se demuestra y cuando llega la verdad llega la justicia y cuando llegue la justicia apenas estaremos contribuyendo para que esta herida comience a cauterizar. Mientras tanto ahí estamos acompañando a las madres, a los padres de los desaparecidos”, expresó.
Ortega Martínez explicó que enfocó su trabajo como jefe del Ejecutivo estatal en “reconstruir el tejido social destruido por la penetraición del crimen organizado en las instituciones”.
Otro aspecto importante, dijo, ha sido “buscar la armonía a través del diálogo” con las organizaciones sociales.
“Llegar a acuerdos positivos con ellos para decirles que no tiene caso que incendien el palacio municipal de Iguala, que apedreen el Congreso y que lo destruyan, si después se tienen que reconstruir y se pierden miles de pesos, millones de pesos con los cuales podríamos construir aulas para las escuelas, estaríamos generando empleo”, detalló.
El mandatario exhortó a las organizaciones, sectores y población en general a contribuir con paz y armonía para el desarrollo de Guerrero, “en lugar de hacer destrucción”.