Exigen a Sheinbaum que no desaparezca Tribunal Agrario de Iguala
CHILPANCINGO, Gro., 14 de enero de 2016.- Un grupo de 300 personas de la cabecera municipal de Mártir de Cuilapan (Apango), retuvieron por unas horas a Humberto Cervantes Sánchez, vicario episcopal de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, en la Iglesia de San Francisco de Asís de dicho lugar, al pretender retirar de esa parroquia al sacerdote Carlos Crestino Luna.
El hecho se suscitó la tarde de este jueves, debido que la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, que dirige Salvador Rangel Mendoza, intentó retirar a Crestino Luna, sacerdote que en diversas ocasiones ha sido acusado por habitantes de la comunidad vecina de Atliaca, de “atentar contra los usos y costumbres del pueblo así como de amenazar a quienes no comulgan con los ideales de la iglesia católica”.
El descontento se generó, cuando habitantes de Apango se enteraron de la presencia del vicario episcopal Humberto Cervantes Sánchez, y afirmaron que en ningún momento fueron informados que el sacerdote Carlos Crestino sería enviado a otra parroquia.
Los ciudadanos se movilizaron y se concentraron en la explanada de la iglesia central San Francisco de Asís, para impedir el retiro de Carlos Crestino.
La población retuvo al vicario episcopal Humberto Cervantes, a quien le advirtieron de emprender movilizaciones y defender a su sacerdote, con piedras y marchas, argumentando que “el sacerdote ha hecho un buen trabajo en Apango”.
Los pobladores obligaron al vicario Humberto Cervantes contactar vía telefónica al obispo, Salvador Rangel para que se comprometiera acudir a Apango y escuchar la postura de los habitantes.
El vicario fue retenido cerca de las 15:00 horas y liberado a las 19:00 horas, con el compromiso de que el próximo martes 19 de enero, el obispo Salvador Rangel acudirá a Apango a entablar una junta con los pobladores.
Desde a mediados del 2015, pobladores de la comunidad de Atliaca, del municipio de Tixtla mantienen una rivalidad contra ciudadanos de la cabecera de Apango. El conflicto religioso, es porque Atliaca acusa al párroco de atentar contra la población y Apango lo defiende.