Hoja verde
Papa Francisco no es Juan Pablo II
Si bien no resuelve problemas terrenales de sobrevivencia, la fe católica de los pobres cada 12 de diciembre renueva sus ganas de vivir ante la Guadalupana. Por eso la visita eclesiástica del papa Francisco a México tiene una agenda pastoral y no política.
Las sociedades acuden a la religión para resolver sus problemas cotidianos cuando las instituciones políticas y de gobierno no responden a sus necesidades. Y salvo algunos momentos del papa Juan Pablo II, el Vaticano ha sido diplomático al eludir cualquier identificación con grupos disidentes.
La religión es un acto de fe, en tanto que los problemas de gobierno son un asunto de racionalidad. Las veces que la iglesia ha invadido los espacios del poder y que el poder ha chocado con la fe, el saldo ha sido siempre una perdida para ambos.
En una parte de la historia que no se ha estudiando a fondo hay indicios que revelan un hecho sorprendente: América fue descubierta en 1492 por una operación terrenal de uno de los personajes de la iglesia católica analizado en sus defectos pero no en sus visiones: el cardenal Rodrigo Borja/Borgia, vicecanciller de la iglesia en la construcción del reino de España y luego papa Alejandro VI en el reinado de los Borgia.
La historia puede construirse así:
Isabel de Castilla se casó con Fernando de Aragón en 1469 para configurar el reino de España; como el matrimonio entre parientes estaba prohibido, el cardenal Borgia falsificó una bula de autorización y la repuso cuando fue Papa. Isabel de Castilla dio un golpe de Estado en 1474 para quedarse como reina de Castilla, ante la duda de que Juana la Beltraneja fuera descendiente de reyes –el 18 Brumario, afirmó el filósofo Juan María Alponte–.
De la mano de Rodrigo Borgia, los reyes Isabel y Fernando realizaron una expansión territorial que Ortega y Gasset presentó como un ejemplo de weltpolitik o política-mundo. En 1492 ocurrieron hechos históricos articulados: España expulsó a los árabes de Granada, Rodrigo Borgia asumió como papa Alejandro VI, Isabel y Fernando consolidaron su nombramiento como reyes católicos y Borgia convenció a los reyes de financiar a Colón para conquistar no sólo nuevos mundos sino nuevos creyentes.
En este sentido, América fue una hazaña religiosa de España porque a la fecha un 40% de los católicos del mundo –500 millones, sobre un total de mil 220 millones–. Sin embargo, la tendencia a la disminución de creyentes ha sido producto de la rigidez en el ejercicio de la fe católica con la conquista de nuevos derechos sociales.
Las visitas del Papa Juan Pablo II a México y su reconocimiento de sí mismo como “un papa mexicano” no aumentaron el número de creyentes, aunque sí la popularidad del Papa. El problema radica en que el contacto cotidiano de los creyentes con sacerdotes ha carecido de paternidad y se ha ajustado más bien a temores. En los últimos 20 años ha bajado en 10 puntos porcentuales el número de creyentes.
Si la visita del papa será pastoral, multitud de grupos sociales tienen una agenda política, incluyendo el oportunismo de gobernadores que asumen a sus entidades como entidades de amor cuando hay violencia criminal por incapacidad gubernamental.
Como ocurrió con Juan Pablo II, la visita de Francisco tendrá efectos pastorales, no políticos ni sociales porque el reino de la iglesia no es de este mundo.
indicadorpolitico.mx
@carlosramirezh