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CIUDAD DE MÉXICO, 9 de julio de 2016.- Un equipo multidisciplinario de científicos de la UNAM desarrolló películas de polietileno que se biodegradan, bajo condiciones de compostaje, hasta en 74 por ciento, a diferencia de los plásticos oxodegradables, que sólo se fragmentan y que se utilizan para la fabricación de bolsas distribuidas principalmente en tiendas de autoservicio, minisúper, pequeños comercios y tianguis.
La casa de estudios detalló que el nuevo material, en proceso de patente, tiene un precio similar a los convencionales y propiedades mecánicas, químicas y reológicas parecidas, como la resistencia medida en términos de la elongación a la ruptura, entre otras, informó María Teresa Orta Ledesma, investigadora del Instituto de Ingeniería (II).
El problema de la contaminación por plásticos en general, y de bolsas, en particular, es que no logran incorporarse al ambiente. Por esa razón los vemos diseminados en todos lados, incluso en los océanos, y en ambos hemisferios, donde debido a las corrientes marinas se han formado enormes islas de desechos denominadas garbage patch, y que se calcula abarcan en total casi 16 millones de kilómetros cuadrados.
La científica aclaró que las bolsas oxodegradables y biodegradables no son iguales; las primeras poseen características mecánicas, físicas y químicas que facilitan su fragmentación en pequeñas partículas, pero eso no implica que se reintegren al ambiente. Las segundas, por el contrario, se degradan por la acción de microorganismos.
Este último es el caso de las películas desarrolladas por el equipo universitario, en el que también participan Octavio Manero y Mirna Estrada, del Instituto de Investigaciones en Materiales de esta casa de estudios, así como los académicos Jesús Gerardo Saucedo y Alethia Vázquez, de la Universidad Autónoma Metropolitana, quienes notaron resultados positivos a partir del día 45 del proceso de compostaje.
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