Sin mucho ruido
Saldo blanco en lluvias
El que no haya comparación entre los graves daños del huracán Paulina, los de las tormentas Ingrid y Manuel, con las lluvias del pasado fin de semana, no restan mérito a un dato muy importante: no hubo pérdida de vidas humanas
No es un dato menor. Hablamos de 30 municipios afectados, de los cuales 14 ameritaron una solicitud de declaratoria de desastre.
Entre los afectados con inundaciones está Acapulco, donde los muertos se han contado por decenas en anteriores fenómenos hidrometeorológicos como los mencionados.
Esta lluvia no causó daños similares aunque fue igualmente peligrosa que éstos, pero a diferencia de anteriores años se tuvo una reacción inmediata de las autoridades encabezadas por el propio gobernador del estado.
En esta ocasión no tuvo que llegar un presidente de la República a regañar y enmendar la plana.
Hay que reconocer que Héctor Astudillo Flores estuvo en el momento y los lugares donde debió estar, y usó adecuadamente la buena coordinación que ha mantenido con el gobierno federal, particularmente con el Ejército y la Marina.
A diferencia de ocasiones anteriores la comunicación previa, durante y después de la contingencia fue notoria y efectiva por parte de la Dirección de Comunicación Social a cargo de Erika Lhürs.
Hubo avisos preventivos que indicaban a la población qué hacer en caso de emergencia, la ubicación de los albergues temporales y también hubo buena difusión de las acciones que se emprendieron para apoyar a la gente damnificada.
La información fluyó de manera continua y los ciudadanos estuvieron muy atentos.
Todo esto abonó a que, en cuanto a vidas, no hubiera pérdidas que lamentar. Lo material se reconstruye pero la vida no tiene precio.
El protocolo ya está ensayado y esperemos que la buena coordinación continúe.
Sólo resta que los ciudadanos también pongamos de nuestra parte y dejemos libres las zonas de alto riesgo, y que los gobiernos municipales contribuyan limpiando los cauces pluviales.