Continúan actividades de 42 Feria del Libro Infantil y Juvenil en Atoyac
CIUDAD DE MÉXICO, 29 de octubre de 2016.- Entre gigantes coloniales, testigos del metabolismo educativo y cultural del México que aún florece, en el perímetro de 11 edificios del otrora Barrio Universitario de la primera mitad del siglo 20, arrancó el 19 Festival Universitario de Día de Muertos Megaofrenda 2016, en homenaje al colorista, pintor y universitario por oficio cultural: Rufino del Carmen Arellanes Tamayo.
Se añadió en un comunicado que, entre la diversidad sonora, arquitectónica y geológica del Centro Histórico, la UNAM, a través de la Dirección General de Atención a la Comunidad (DGACO), evoca las ánimas en ese pionero primer barrio estudiantil de la Ciudad de México, entre escribanos, acomodadores de palabras; entre herencias prehispánicas y tendencias de vanguardia.
Esta ocasión, la Megaofrenda aguarda la luz del semáforo, pues permea no sólo en la Plaza de Santo Domingo, sino en la contigua Plaza 23 de Mayo, donde se levantaron 85 altares tetraédricos, (prismas de cuatro lados) de dos por dos metros, intervenidos por alrededor de mil 500 universitarios, trabajadores e integrantes de la comunidad. Todo ello se complementa con 66 actividades artísticas y culturales, dos foros, así como por 250 catrinas y catrines itinerantes.
Esto, con motivo de los 25 años de la muerte del pintor oaxaqueño, que desde los 11 años dijo saber su vocación: ser músico; “pero se le abrieron los ojos a tiempo”.
Amigo de José Vasconcelos, autodescrito como el “eterno inconforme”, que dio gráfica identitaria a la cultura de esta casa de estudios con la creación de la escultura La Espiga, situada en el Centro Cultural Universitario, develada en la mañana de 1981, con aquella frase que se volvió sentencia: “La Universidad germen de humanismo y sabiduría”.
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