La superioridad moral
Sucesión 2018: ¿van por 18 años?
Contagiados por el efecto estadunidense donde se anticipa inminente victoria de la candidata presidencial demócrata Hillary Clinton, en México un segmento de panistas pretende retornar al poder, impulsando a la esposa del ex presidente Felipe Calderón, Margarita Zavala.
El martes 8 de noviembre, se llevarán a cabo comicios en los Estados Unidos, para elegir presidente; se anticipa una victoria de la candidata demócrata Hillary Clinton, sobre el aspirante republicano, Donald Trump. Por primera vez en la historia, la Unión Americana tendrá a una mujer como presidenta del país más poderoso del planeta.
Aun cuando la señora Zavala de Calderón no es candidata presidencial del PAN, se desconoce cómo reaccionará el electorado durante la posible campaña de la consorte del ex presidente panista. ¿Para entonces la población ya habrá olvidado a los más de cien mil muertos que hubo durante el sexenio panista del calderonato?
Fue durante el sexenio del ex presidente Felipe Calderón -2006-2012- cuando los soldados y marinos fueron sacados de sus cuarteles para combatir a los cárteles del narcotráfico, tarea que era exclusivamente de la PGR.
Pero eso no es todo: Durante la “Docena Trágica” (sexenios de Vicente Fox y Felipe Calderón), en México no disminuyó la pobreza; por el contrario, aumentó.
En doce años, no bajó la espiral del desempleo. Había seis millones de jóvenes sin trabajo, cuya cifra se duplicó. Con Enrique Peña Nieto como presidente, la cifra de desempleados, no varía.
A estas alturas un segmento de panistas andan entusiasmados ante la casi segura victoria de la señora Clinton. Creen que en México y en gran parte de Latinoamérica se generará el efecto “dominó”.
-Que las fichas caerán hacia un solo lado; es decir: que serán las mujeres las que se conviertan en candidatas presidenciales en varios países, incluyendo al Caribe. El factor Hillary Clinton y su posible triunfo en los Estados Unidos, será lo que aliente a las féminas y al resto de la población.
Quizás el ex presidente panista Felipe Calderón, ya hizo pacto con lo más rancio de la Nomenclatura priista, con ex presidentes como Carlos Salinas de Gortari, para planear cómo frenar la creciente candidatura del aspirante presidencial de Morena, Andrés Manuel López Obrador.
Los también aspirantes presidenciales como Ricardo Anaya Cortés y Rafael Moreno Valle, aun no digieren que la esposa del ex presidente Felipe Calderón –Margarita Zavala- les arrebate la candidatura.
Anaya Cortés y Moreno Valle tendrán que disciplinarse cuando los mandones del PAN les notifiquen sobre la candidatura oficial presidencial de la señora Margarita Zavala. Ricardo y Rafael serán recompensados al estilo priista.
Un guerrerense ya se montó sobre el convoy panista-calderonista: Jorge Camacho Peñaloza, quien fue nombrado “Jefe de la Oficina de la Presidencia Panista 2018”.
Camacho presume haber ganado la gubernatura de Chihuahua con el candidato panista, Javier Corral. El PAN ganó esa gubernatura por las corruptelas que perpetró el ex gobernador del PRI, César Duarte Jàquez. Jorge, nada tiene que presumirle a nadie.
La sucesión presidencial del 2018, será atípica por la irrupción en el escenario de la esposa de un ex presidente panista, Margarita Zavala, quien pretende suceder al priista Peña Nieto.
Nunca antes en la historia del México contemporáneo, el cónyuge de un ex presidente priista había pretendido el más importante cargo de esta nación.
Sólo la esposa del ex presidente Vicente Fox, Martha Sahagún, tuvo la ocurrencia de pretender suceder a su consorte, según trascendió en corrillos políticos y hasta hubo quienes alentaron esa absurda aspiración.
Lo cierto es que un sector de panistas tienen como plan volver al poder por un tercer sexenio; es decir, quieren retornar a Los Pinos para completar 18 años. El PAN tiene planeado utilizar al PRD para lograr sus fines.
ASTUDILLO: CARGAR CULPAS AJENAS.
Cuando Héctor Astudillo Flores arribó a la gubernatura, ya habían desaparecido a 43 normalistas de Ayotzinapa; los cárteles del narcotráfico ya habían iniciado una sangrienta guerra por territorios y el trasiego de enervantes en el estado.
Eso le heredaron al mandatario Astudillo Flores: Un Guerrero violento, con muchas ejecuciones; una entidad convulsa y con muchos problemas generados por grupúsculos chantajistas como la Ceteg y el caso Iguala-Ayotzinapa.
Gobiernos anteriores habían sido acusados de perpetrar guerra sucia; desaparecer a “luchadores sociales”, eliminarlos o enviarlos a prisión hasta convertirlos en “presos políticos”.
Hoy, el gobierno forzosamente tiene que enviar a sus policías estatales para que cuiden a otros policías rurales –del FUSDEG y UPOEG- para que no se sigan matando en el “corredor de la muerte”, en que han convertido la zona de Chilpancingo, Petaquillas, El Ocotito, Juan R. Escudero (Tierra Colorada) y Xaltianguis, municipio de Acapulco.
El gobierno estatal que encabeza Astudillo Flores, lo tiene bien presente: La presencia de agrupaciones armadas como el FUSDEG y la UPOEG, son bombas de tiempo. Estos grupos se sienten otro poder, capaces de desafiar al Estado Mexicano.
Y en el caso de los 43 desaparecidos de Ayotzinapa, el gobierno que encabeza Astudillo Flores, ha sido respetuoso y prudente. Los padres de los 43 normalistas desaparecidos son manipulados por grupúsculos ultra radicales que han lucrado con el dolor de esos señores.
El caso Iguala-Ayotzinapa, posiblemente llegará a su fin en septiembre del año 2018, tres meses antes de que el presidente Enrique Peña Nieto entregue el poder (a quien sea).
Mientras tanto, el gobernador Astudillo Flores, casi está sentado en un barril de pólvora, cargando penas ajenas; resolviendo graves conflictos que le heredaron sus antecesores del partido que va en caída libre: el PRD… Punto.