Teléfono rojo
Austeridad ¿Y los partidos?
Aunque se escucha muy bien, la reducción de salarios gubernamentales no es la solución de fondo al tema de los gasolinazos, sino simplemente lo que la gente quiere escuchar en este momento.
No deja de ser un paso adelante ante los ofensivos salarios que cobran gobernantes y funcionarios en comparación con lo que obtiene el resto de la población, pero eso no incidirá en que la gasolina, la luz o todo lo que ya incrementó, incluida la tortilla, bajen de precio.
Por eso el nombre con el que el gobernador Héctor Astudillo Flores presentó ayer lo que fue interpretado como un simple plan de austeridad, es: Compromisos para la estabilidad económica.
Es decir, no es únicamente la reducción de gastos y salarios, sino que incluye medidas de protección a los sectores productivos y a los ciudadanos, como mantener gratuito el fertilizante, apoyar a pequeñas y medianas empresas, mantener sin más incrementos el transporte público y la tortilla, entre otras.
Que bien que se adopten medidas. Pero el asunto del próximo gasolinazo anunciado para principios de febrero sigue en pie.
Lo único que las autoridades estatales y municipales pueden hacer al respecto es precisamente adoptar este tipo de medidas para contener sus efectos en la economía local.
La batalla real contra el gasolinazo, deben darla los legisladores en el Congreso de la Unión, y el activismo ciudadano.
De ahí la importancia de que los partidos políticos se reivindiquen como representantes de la gente, sobre todo, aquellos que con su voto a favor de las reformas estructurales, ayudaron a llegar a esta situación.
Les toca lidiar con la desconfianza que ellos mismos generaron ante una población que clama porque también se les reduzca o elimine el financiamiento público el que gozan, y que sus legisladores también disminuyan sus jugosos salarios y prestaciones.
Habrá que esperar a ver qué harán.