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CIUDAD DE MÉXICO, 23 de abril de 2017.- Tras 11 años de vida, luce ahora una careta (interfaz) azul con delineados áureos, que la hace más amigable al interactuar con el humano. Se trata de Justina, un robot que se hospeda en el edificio T de la Facultad de Ingeniería (FI) de la UNAM.
En días recientes, salió airosa de la RoboCup@Home del Torneo Mexicano de Robótica 2017, que se realizó en el Colegio Cristóbal Colón; con esto, ella y el equipo Pumas de la FI llevarán la representatividad de México a la RoboCup Major@Home, a celebrarse en Nagoya, Japón, a finales del mes de julio.
De acuerdo con la UNAM, rumbo a territorio oriental, Justina luce ahora hombreras blancas y carcasas reforzadas para soportar su funcionamiento; también estrena operadores: jóvenes universitarios de posgrado que aseguran que su apariencia no sólo responde a una necesidad mecánica, sino estética.
“Cuenta con una base omnidireccional que le permite desplazarse lateralmente; tiene un torso mecánico, que nos posibilita manipular objetos con mayor facilidad, por ejemplo, artilugios o cosas que están más cerca del piso.
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