Sin mucho ruido
Necios y tontos
Al término de la Segunda Guerra Mundial, cuando el calor infernal del conflicto bélico cesó y el mundo hacía un recuento de los daños, surgió una amenaza para “las democracias occidentales: la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (la URSS), a la que Franklin D. Roosevelt, ante el enojo de Wiston Churchill, le dio una gran tajada del “pastel europeo” en las conferencias de los cuatro grandes al tiempo que la Alemania de Hitler se derrumbaba.
Los cuatro grandes eran Franklin D. Roosevelt, Wiston Churchill, Josef Stalin y Charles de Gaulle, este último el pertinaz general francés que no aceptó la rendición de su país concedida al nazismo por Paul Reynaud y Philippe Pétain, que trasladaron la capital gala a Vichy, fundando una efímera república colaboracionista con los nazis que es un baldón para la historia de ese gran país europeo.
Veinte millones de soviéticos, entre soldados y civiles, murieron, pero no hay que olvidar que fueron los estadounidenses quienes armaron a los soviéticos, como hicieron con los ingleses y los franceses que siguieron a Charles de Gaulle a Inglaterra y formaron el Ejército de la Francia Libre.
Inicia así la Guerra Fría en 1946 y que aparentemente terminó en noviembre de 1989 con la desaparición del muro de Berlín.
Digo “aparentemente” porque en la realidad la Guerra Fría es terca y obstinada, y por más apretones de mano y palmadas en la espalda que se den los líderes “de las democracias occidentales” y los del totalitarismo ruso y chino, se ven como enemigos tamizados por las sonrisas hipócritas de la política.
Y ahora, con el belicista líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, que cuenta con armas nucleares yexperimenta con un misil intercontinental capaz deexplotar cuando menos en Alaska, la Guerra Fría se puede calentar de un momento a otro.
Ayer hizo una prueba más del misil intercontinental, que estalló en el Mar de Japón, y del ensayo dijo entre carcajadas que “es un regalo para los Estados Unidos en su Día de la Independencia”.
¿Qué nos depara el destino?
Kim Jong-un, está mucho más desquiciado que Donald Trump; China, un país gigantesco e inmensamente rico, está armándose con enormes portaviones, aviones de combate, misiles nucleares de largo alcance y su ejército aumenta en efectivos; Rusia es una superpotencia bélica con ambiciones soterradas y con un líder, Vladimir Putin, dispuesto a volver al esplendor del zarismo; Alemania, con su canciller Ángela Merkel que cree que la bonanza de la Unión Europea se debe a su país.
Guerra Fría, que repito, puede calentarse de un momento a otro.
A nadie le conviene, pero las guerras surgen de la estulticia, porque necios y tontos son los políticos que gobiernan las superpotencias actuales, como necios y tontos fueron los políticos que permitieron en estallido de la Segunda Guerra Mundial.