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ACAPULCO, Gro., 8 de septiembre de 2017.- Las policías requieren de un gobierno que las gobierne, afirmó la experta en temas de seguridad ciudadana Lucía Dammert, quien afirmó que la Policía Municipal debe enfrentar a las pandillas que se dedican a la extorsión, no a balazos, “porque el uso excesivo de la fuerza es probablemente lo peor que nos está pasando”, si no con organización, profesionalización e inteligencia policial.
La académica de la Universidad de Santiago de Chile e integrante del Consejo Asesor de la Organización de Naciones Unidas en Asuntos de Desarme, en entrevista exclusiva con Quadratín, habló sobre estos dos problemas: la extorsión y el pandillerismo, que afectan a los ciudadanos de la ciudad más violenta de México, Acapulco, donde este viernes participará en un Foro Internacional Sobre Seguridad Ciudadana junto con el experto en crimen organizado John Bailey, organizado por el presidente de la Comisión de Seguridad del Congreso del Estado, Ricardo Mejía Berdeja.
Respecto a lo que acontece en el puerto dijo que es “de amplia preocupación cómo han aumentado los niveles de violencia, pero sobre todo los niveles de violencia homicida, en la ciudad de Acapulco y en el estado, una preocupación porque además en el tiempo lo que uno ha visto, es un empeoramiento bastante rápido y con un nivel de uso de la violencia mucho más evidente que antes”.
Ese empeoramiento no solo está vinculado “a lo que era el crimen organizado y el tráfico”, sino “a una cosa que le afecta a los ciudadanos directamente que son estos pequeños grupos o pandillas que terminan viviendo, si bien vinculados a las drogas terminan viviendo principalmente de la extorsión”.
Consideró que “esto es bien grave porque uno puede vivir en una ciudad muy violenta pero que los ciudadanos, esos niveles de violencia le afectan sólo indirectamente, pero cuando el crimen se traslada a ser un crimen extorsivo, las ciudad es muy violenta pero al ciudadano lo afecta directamente, porque ya la extorsión comienza a cobrarte por tu casa, por tu negocio, entonces lo que uno ve y por eso cuando me invitaron a venir acepté con mucho gusto, es la necesidad de empezar a buscar iniciativas de política desde el nivel local que puedan permitir avanzar de una forma mejor a enfrentar los desafíos que tiene Acapulco y por supuesto el estado, que tienen que ver con diversas cosas pero principalmente con la necesidad de enfrentar cómo se está utilizando la violencia de forma cotidiana”.
La investigadora indicó que hay casos de éxito en diversos países de Europa del Este y algunas ciudades de Estados Unidos “que lo que hacen es no ir específicamente contra la extorsión sino contra el grupo criminal que se organiza”.
“Pero son respuestas más bien complejas, más que una solución única, y eso es lo que hace que en nuestros países y en México también, no hayamos avanzado, porque queremos dar una respuesta que sea una respuesta unitaria: fortalecemos la policía, y eso no es suficiente”.
Para ello se necesita una capacidad policial investigativa de relevancia, “porque finalmente cuando uno atrapa a una persona que ha estado extorsionando a una víctima, si no ha logrado hacer una investigación policial para que el caso quede como caso de extorsión y crimen organizado, termina generalmente siendo un caso menor de amenazas y eso muy rápidamente sale del sistema penal y termina habiendo altos niveles de impunidad”.
Además de una justicia que sea rápida y que resuelva los problemas que le afectan a la ciudadanía, especialmente en estos grupos, “y en tercer lugar también una ciudadanía que denuncie, y todas estas cosas están bien vinculadas, en muchos países por ejemplo en Centroamérica, uno va a hablar con los ciudadanos dicen que son extorsionados pero n confían en la policía y por ende no denuncian”.
Agregó que el ciudadano por un lado se siente atemorizado porque todos los días tiene que pagar por vivir en su lugar o para desarrollar un negocio, y por otro lado la policía está probablemente dedicada a otros temas.
“Entonces con esos tres elementos uno puede con nitidez decir que desde lo local hacia arriba se pueden instalar mecanismos de protección para los ciudadanos, que son mecanismos de información, son mecanismos de respuesta rápida”.
Las policías, subrayó, tienen un espacio de desarrollo profesional “que requieren de un gobierno que las gobierne”.
“Si lo que uno tiene es un batallón de gente que hace lo que se le da la gana evidentemente eso no es un cuerpo policial, si además es un cuerpo policial no preparado, no entrenado, no capacitado, con niveles de contrataciones débiles, que en el fondo no tienen claro cuál es su misión, lo único que vas a lograr ahí es gente que utiliza la placa y el uniforme para lograr réditos más personales o grupales”.
Remarcó que cuando se tiene un cuerpo policial a nivel local que no cumple con sus tareas, más que fortalecerla, lo que hay que hacer es claramente reformarla. “Pero esa reforma es una reforma que por lo pronto toma casi una década, si tú tienes una reforma que toma tres cuatro años, y después regresas a la anterior, dentro de la institución se genera entonces la dinámica que acá nada va a cambiar nunca, entonces no generas ningún incentivo para mejorar el trabajo policial”.
Por eso, dijo, es que desde hace muchos años en México se viene diciendo que hay que fortalecer el trabajo de las policías municipales, “porque finalmente quién se hace cargo del vecino que es extorsionado, nadie. Pero debería de ser la policía municipal, que pudiera generar mecanismos de patrullaje aleatorio, que podría generar mecanismos de organización vecinal positiva, cuando uno mira las formas de organización de las policías en México, ahí debería estar la primera frontera, no de respuesta a balazos, pero sí de organización y de respuesta a la víctima”.
En el tema de las pandillas, consideró que es un problema que “tiene que tener una respuesta a nivel local, tú tienes que capacidades del gobierno, de la policía local para reconocer los problemas que están sucediendo, apoyar a las víctimas para que se protejan de mejor forma, consolidar mecanismos de participación de la ciudadanía, pero también necesitas que la justicia funcione porque ahí donde hay impunidad todo esto desparece y después necesitas el resorte federal también para reconocer si estos son verdaderamente andillas o son grupos organizados boutique, que sí tienen vinculaciones con otras partes del país, pero que al parecer fueran mucho más localizadas”.
Para lo cual, dijo finalmente, se requiere de inteligencia policial.