Teléfono rojo
La verdad sobre el TLCAN
A propósito de lo que es en realidad el Tratado de Libre Comercio de América del Norte TLC o TLCAN, que han estado discutiendo en estas semanas Canadá, Estados Unidos y México sin llegar a NADA, negociaciones que de momento se suspenden por falta de éxito, Noam Chomsky tiene LA VERDAD. Es un hombre en el que mucho hemos creído y creemos en los siglos XX y XXI. Personalmente pienso que es merecedor de un Nobel especial. Sus argumentos sobre el tema podrían ilustrar a los negociadores. Ojalá entre ellos haya siquiera uno que haya leído a este judío que SI tiene una inteligencia superior y por ende los políticos israelíes que no están a su nivel y hacen lo que hacen, no lo dejan ni entrar a Israel. Su especial claridad mental, su profunda cultura, conocimientos verdaderos sobre lo que es su patria, Estados Unidos, pero sobre todo de una coherencia impresionante hacen de Noam Chomsky un gran árbitro que podría ilustrar a nuestro negociador y al canadiense, si de verdad lo desean. Trump por supuesto que debe leer a su compatriota o quizás mejor no, porque lo podría expulsar de su país por sus clarísimas precepciones. Quizá con buena fe y conocimiento real avanzarían las cosas.
Extraigo algo explícito ya publicado de una entrevista sobre el tema que le hizo la BBC de Londres al lingüista y activista Noam Chomsky:
“Chomsky y los “mitos” del libre comercio.
Una de las formas de socavar a la agricultura mexicana es inundando el mercado con exportaciones de Estados Unidos, que sobreviven con subsidios que datan del período Reagan. Eso no es libre comercio.
Noam Chomsky respondió a los lectores de BBC Mundo en una entrevista en la que tocó desde el “interés estatal” de Washington en castigar a Cuba hasta la imagen de “demonio” que se pinta de Hugo Chávez en EE.UU, pasando por los “mitos” del libre comercio”, tema principal de esta tercera y última parte de esa conversación.
Lingüista, activista, filósofo, Chomsky ha sido durante cuatro décadas uno de los más feroces críticos de la política exterior de su país.
Con 80 años (entonces), el académico estadunidense también advierte contra los peligros de repetir términos sin preguntarnos realmente qué significan. Por ejemplo, ¿es el Tratado de Libre Comercio para América del Norte realmente un tratado de libre comercio?
A lo largo de estas tres entregas Noam Chomsky respondió a esa y otras preguntas desde la ciudad de Boston, donde enseña desde hace más de medio siglo en el prestigioso Instituto de Tecnología de Massachusetts. La entrevista fue conducida por Dalia Ventura.
NAFTA Y EL MITO DEL LIBRE COMERCIO
Algunos lectores preguntan qué piensa usted de los acuerdos de libre comercio.
Cuando la gente me pregunta sobre libre comercio, me acuerdo de un comentario que hizo Gandhi cuando le preguntaron qué pensaba de la civilización occidental. Y su respuesta fue: “Sería una idea interesante”, y lo mismo sucede con el libre comercio.
Lo que se suele llamar libre comercio en realidad tiene muy poco que ver con libre comercio. De hecho, a veces una gran parte ni siquiera tiene que ver con comercio.
Consideremos, por ejemplo, el tratado de libre comercio entre EE.UU. y México, (Tratado de Libre Comercio para América del Norte, TLCAN o NAFTA por sus siglas en inglés). Tiene toda clase de elementos altamente proteccionistas para beneficio corporativo. Incluye medidas que no tienen que ver con comercio, como las condiciones especiales de derechos de inversión.
El comercio, en el sentido de intercambio a través de fronteras, sí aumentó después del NAFTA, pero ese comercio es en gran medida una construcción ideológica.
En los tiempos de la Unión Soviética si una fábrica manufacturaba componentes de autos en Leningrado, los mandaba a Varsovia para ser montados y luego a Moscú para ser vendidos, nosotros no llamábamos a eso comercio, aunque se atravesaban fronteras. Todo se daba dentro de una economía dirigida.
Y una parte sustancial del comercio entre EE.UU. y México es dentro de economías dirigidas. Así que si General Motors fabrica componentes en Indiana, los envía al norte de México para ser montados y luego venden los autos en Los Ángeles, a eso le llaman comercio en ambas direcciones, pero todo tiene lugar dentro de una economía dirigida.
No tenemos cifras exactas, las corporaciones guardan secretos, pero probablemente más de la mitad de lo que se llama comercio, no es libre comercio.
Aparte de eso, una de las formas de socavar y probablemente destruir a la agricultura mexicana es inundando el mercado con exportaciones agrícolas de Estados Unidos, que sobreviven con importantes subsidios del gobierno que datan del periodo Reagan. Eso no es libre comercio.
Es más, una buena parte de la economía estadunidense está basada en el sector estatal, incluyendo sus sectores líderes como la computación e Internet, que fueron desarrollados en el ámbito estatal durante décadas. La fabricación y exportación de aviones es, por ejemplo, una industria surgida en gran medida a partir de la Fuerza Aérea. (…)
DE HAITÍ A MÉXICO
Así que lo que se llama libre comercio, es un cierto intercambio con elementos de mercado, pero no es libre comercio. Y esto se nota. Por ejemplo, la gran crisis de alimentos en gran parte del mundo en desarrollo, en primer lugar donde se dio en forma severa fue en Haití, donde hubo disturbios porque la gente no tenía qué comer. Hasta hace no demasiado tiempo Haití era autosuficiente en su producción de alimentos, pero esta producción se destruyó por medidas de libre comercio que le fueron impuestas, por ejemplo, cuando Clinton decidió acabar con el terror en Haití, que él mismo había apoyado, decidió que no podía permitir el regreso de Aristide e impuso medidas muy estrictas, neo liberales. No se le permitió a Haití establecer tarifas arancelarias para proteger su economía.
Los agricultores haitianos son productores de arroz bastante eficientes, pero no pueden competir con las industrias de alimentos de EE.UU. que obtienen gran parte de sus ganancias de subsidios estatales. En el caso de México esto sucede con la producción de maíz. No deberíamos dejarnos engañar por el término “libre comercio”. Es como dijo Gandhi, tal vez el libre comercio sea una buena idea, pero no es el régimen que se está imponiendo. De hecho, el verdadero libre comercio nunca ha sido puesto en práctica por los países ricos (…)
ABUSADOS NEGOCIADORES DE MÉXICO. Exhiban estos argumentos de lógica impecable ante Donald Trump a ver si le cae el veinte. Esto no será en lo oscurito, sino ante todas las cámaras del continente. Y de lo que aquí salga y se negocie el mundo aprenderá mucho.