Teléfono rojo
El futuro del Festival La Nao
El Festival Internacional La Nao, en sus diez ediciones anteriores y en esta undécima que aún no concluye, no ha cumplido con las expectativas de los acapulqueños, ansiosos de tener otra vez un festival cultural de trascendencia internacional, como lo fuera en los años 50 y 60 del siglo pasado la Reseña Mundial de los Festivales Cinematográficos, considerado en sus tiempos el mejor festival de cine de América y uno de los mejores del mundo, suceso importante y programado de índole artístico organizado y financiado por el gobierno federal, que en 1968, cuando Ciudad de México fue sede de los Juegos de la XIX Olimpiada, inexplicablemente el entonces presidente de la República Gustavo Díaz Ordaz, decidió cancelar la Reseña, privando a Acapulco de una gran promoción como centro turístico y al país del liderato cultural entre las naciones iberoamericanas.
La Nao, como es conocido entre los acapulqueños, puede ser un festival trascendente, siempre y cuando la organización sea responsabilidad de un comité organizador integrado por el sector privado, apoyado en lo económico por los tres niveles de gobierno y por un patronato encargado de obtener donaciones de fundaciones y de personas jurídicas dedicadas a la beneficencia.
Los ayuntamientos se renuevan cada tres años, por lo cual es imposible la continuidad del esfuerzo. Ese ha sido el error, por ello el festival no pasa de ser una feria de pueblo y el presidente municipal el mayordomo.
Debemos ver como un ejemplo la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, considerada ya como la más importante de América Latina y la segunda del mundo, después de la de Frankfurt, pero esta última data del Renacimiento y uno de sus impulsores fueron Johannes Gutenberg y la Biblia y otros impresos con la tipografía movible que el genio de Maguncia inventó.
La FIL de Guadalajara es organizada por la Universidad de Guadalajara y es apoyada económicamente por los tres niveles de gobierno y por organismos filantrópicos.
¿Por qué no hacer lo mismo con la Feria Internacional La Nao? Cuando se decidan a hacerlo, en dos o tres años se verían los resultados: el principal festival artístico del país, ubicación orgullosamente compartida con el Festival Cervantino de Guanajuato.
Es cuestión de alteza de miras, y sin temor a equivocarme, el actual presidente municipal de Acapulco, Evodio Velázquez Aguirre, en lo cultural y en lo artístico, es corto de vista y enfoca hacia abajo.
Hay que hacer de este festival la divisa acapulqueña, como antes lo fuera La Reseña.
Ojalá así lo entiendan y decidan en el actual Ayuntamiento, para integrar ya el comité organizador y el patronato, y trabajar de tiempo completo para hacer de La Nao la promoción internacional que Acapulco desea y merece.