Hoja verde
La Concepción, ¿fin a la pesadilla?
Las masacres impunes –muertos, heridos, perseguidos y lisiados de por vida-, ocurridas a lo largo de varios años en Cacahuatepec (Acapulco), convirtieron esa zona en un sangriento feudo del temible cacique Marco Antonio Suástegui Muñoz y su hermano Vicente. El Estado Mexicano tuvo que intervenir con toda su fuerza para acabar con esa peligrosa ínsula de poder.
A Suástegui, le ocurrió lo que a muchos dictadores que se encumbran al poder: primero son “luchadores sociales” y después se convierten en crueles y sanguinarios tiranos, contra su mismo pueblo. Existen otros nefastos “ejemplos”.
Once muertos y más de 30 detenidos fue el saldo de enfrentamientos en La Concepción, que motivó la intervención de fuerzas del orden público. Fue el preludio del fin del “reinado” de Marco Antonio Suástegui y su hermano Vicente, (ex) amos y señores de los Bienes Comunales de Cacahuatepec, municipio de Acapulco, supuestos defensores de la presa La Parota.
Para establecer el sangriento imperio en la zona caliente de Cacahuatepec, Suástegui contó –primero- con el respaldo de miles de campesinos opositores a La Parota; después tal lucha se desvirtuó: se convirtió en jugoso negocio de Marco Antonio y seguidores, quienes a sangre y fuego lo defendieron. Hasta formó su propia policía rural y llevó a la desacreditada CRAC. Una especie de “Guardia Pretoriana”.
A más de 72 horas de haberse suscitado los sangrientos hechos con resultado de 11 muertos y más de 30 detenidos, lo que existe en La Concepción es un escenario de muerte, luto, desolación, indignación, reclamos de justicia y castigo para los hermanos -tiranos- Marco Antonio, Vicente y cómplices, presos en el penal de Acapulco.
Nada fácil será para las autoridades competentes del fuero común y federal castigar -con todo el peso de la ley- a los responsables de asesinatos ocurridos en La Concepción y Cacahuatepec, porque los responsables encabezados por Marco Antonio, cuentan con el respaldo de organizaciones radicales como: Tlachinollan, CETEG, CRAC, turistas relatores de la ONU y hasta ciertos medios que les hacen gordo el caldo a los hermanos Suástegui. Entre todos crearon un monstruo que el Estado Mexicano desmantela.
Las autoridades competentes también tendrán que investigar el múltiple asesinato perpetrado contra toda una humilde familia de nueve integrantes, presuntamente a manos de guardias comunitarios de la CRAC, en Cacahuatepec.
Existen testimonios de familias que han sufrido en carne propia asesinatos y hasta se han exiliado a Estados Unidos por el terror que les infringe Suástegui y sus cómplices ahora en prisión.
¿Se les ocurrirá a los relatores de la ONU investigar todos y cada uno de los asesinatos ocurridos en la zona caliente de los Bienes Comunales de Cacahuatepec, o se harán pendejos?
Suástegui, ha gozado de tanta protección, que el gris y seudo guerrillero ex gobernador interino Rogelio Ortega Martínez, lo indultó, invitó a comer y hasta lo trasladó en helicóptero a su domicilio. Sólo faltó que Rogelio nombrara a Marco Antonio como “asesor” en materia de seguridad de su fallido ex gabinete, o su guarura personal. ¡Cínica impunidad!
Héctor Astudillo Flores, gobernador del estado estuvo en un predicamento: intervenir o no con la fuerza del Estado Mexicano, en la zona caliente de La Concepción. El operativo se hizo con saldo de 11 muertos y 38 detenidos; cero bajas por parte de las fuerzas del orden. Ocho muertos NO son atribuibles a fuerzas policiacas.
Si el gobernador Astudillo hubiese ignorado el llamado -denuncia- de lo que ocurría y las atrocidades que perpetraba impunemente Suástegui, se convertiría en cómplice de delitos.
Lo que existe ahora son manifestaciones de reclamos de justicia y castigo contra el ex líder de Cacahuatepec, Suástegui y cómplices.
La población de Acapulco aprobó los operativos en la zona caliente de La Concepción; incluso, el defenestrado gobierno municipal del puerto hizo mutis ante los hechos que devolvieron la tranquilidad a pobladores de esa región.
¿Es esto, el fin de la pesadilla que vivieron durante más de una década, los habitantes de la zona caliente de Cacahuatepec y poblados anexos?… Punto.