El presupuesto es un laberinto
No fue una ocurrencia, una idea lanzada al azar.
La promesa de Andrés Manuel López de perdonar a los delincuentes bajo el supuesto del arrepentimiento tiene cálculos largamente analizados con fines electorales.
Puede asegurar la victoria, ser la diferencia entre llegar a Palacio Nacional y dormir en la recámara de Benito Juárez, o sufrir la tercera derrota en el sueño eterno del tabasqueño.
Reflejemos el razonamiento:
Durante el sexenio pasado la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) elaboró un estudio para saber cuántas personas se dedicaban a crímenes graves a partir del narcotráfico.
Fue el segundo de los dos sexenios –los orígenes se remontan hacia 2001-2003, con Vicente Fox- en los cuales los antiguos capos dedicados a la siembra, trasiego y venta de droga mutaron a otros delitos altamente redituables.
Todos son conocidos y, por desgracia para el país, generalizados: secuestro, venta de protección, renta de piso, robo de combustibles para exportación y venta interna a través de la cadena de distribución de Petróleos Mexicanos (Pemex).
Por falta de investigación y omisión de las autoridades, esos cárteles se multiplicaron e infiltraron gran parte de la estructura gubernamental, como muestra el sistema aduanero.
DE GRANDES CAPOS Y TEMPORALEROS
El ejército delincuencial se multiplicó.
El entonces titular de la Defensa Nacional, Guillermo Galván, lo estimó entre 350 mil y 500 mil integrantes.
Con el paso de los años ese número resultaría insignificante, pero incluye sólo a gente identificada por actuar contra la sociedad y contra la ley.
Atrás hay otro ejército subyacente, quienes por hambre, presión o negocio cultivan o rentan sus parcelas para obtener ingresos superiores a los de cultivos tradicionales y legales.
Al incremento sensible de una práctica cada vez más generalizada, con mayores territorios bajo su dominio y creciente violencia, se suman un hecho preocupante:
La estrategia gubernamental de este sexenio se centró en la persecución de cabezas de los grupos criminales –principales objetivos, se les llama-, pero son una parte mínima.
Pero si se mantuviera ese medio millón, el impacto electoral se multiplicaría porque esos capos aprovecharían sus propios votos, los de su gente y los de su zona de influencia para acarrear votos al misericordioso señor de los malhechores.
Unos diez millones de sufragios.
¿Ya midió usted el impacto electoral?
Y de apoyo económico no hablemos.
BARRALES A LOMO DE LAS ENCUESTAS
1.- Las encuestas en curso refuerzan lo enunciado aquí el viernes pasado:
Alejandra Barrales puntea entre los aspirantes del Partido de la Revolución Democrática (PRD) para jefa de Gobierno de la Ciudad de México.
Era previsible: ha tenido alta exposición desde sus tiempos de dirigente de sobrecargos, como diputada, como coordinadora de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF), como contendiente en 2012 a jefa de Gobierno, como senadora y dirigente perredista.
Los resultados oficiales se difundirán el jueves, pero también ha sido valiosa la participación de Armando Ahued y Salomón Chertorivski.
Y 2.- En TV Azteca hay euforia.
Han posicionado Exatlón, un reality show dirigido por Antonio Rosique capaz de establecer marcas históricas: 13.4 millones de telespectadores el domingo pasado.
El programa es grabado en República Dominicana con la participación de deportistas famosos y contendientes en cada especialidad: clavo, futbol, boxeo, etcétera, todo bajo la conducción de Benjamín Salinas, CEO de TV Azteca.