Asignan 157 mil mdp para proyectos ferroviarios en 2025
HEMOS ENTRADO a una era en la que la competencia electoral solo puede explicarse adecuadamente si se considera la influencia de los medios digitales. Las democracias en las que la televisión, la radio y la prensa escrita, eran las fuentes informativas de todos los actores políticos y de la sociedad, han quedado en el pasado.
Ahora, partidos, contendientes, simpatizantes, estrategas de campaña, ciudadanos e incluso autoridades opinan de las elecciones y de la vida pública a través de las redes sociales. Ciertamente nadie podría decir que los medios tradicionales han quedado en desuso o que han dejado de ser herramientas centrales de las sociedades modernas para que la población ejerza su derecho a la información, y que en periodos electorales las y los votantes se informen de las propuestas de los contendientes y ejerzan sus derechos políticos en las urnas.
Los datos hablan por sí mismos: la televisión sigue siendo el principal medio para enterarse de los asuntos políticos para 7 de cada 10 personas. Pero también es innegable que los medios digitales han ganado un terreno muy importante, tanto de la publicidad que se compra como de la credibilidad de las audiencias: una de cada tres personas se entera de los asuntos políticos a través de las redes sociales (Latinobarómetro 2017) y para muchos jóvenes los medios digitales constituyen la única fuente que utilizan para saber de los asuntos públicos. Nunca antes la pluralidad de medios y en los medios se había convertido en un factor tan relevante para el buen funcionamiento de una democracia.
En este sentido, lo más delicado de la incorporación de las redes sociales a la discusión pública, y particularmente en el debate electoral, es la manipulación de la información y la generación de noticias falsas. Prácticamente cada usuario con un teléfono inteligente y acceso a la red puede actuar como un reportero independiente; pero sin controles editoriales ni rigor ni códigos periodísticos.
Esto facilita que las simpatías y fobias propias de una contienda electoral se traduzcan en información falsa tendente a incidir negativamente en la opinión de los votantes sobre un candidato o una fuerza política a través de la divulgación de hechos falsos, de la manipulación de imágenes, de la falsificación de documentos y discursos o mediante el ataque planificado de una persona, de un dirigente o de una campaña mediante robots.
Las noticias falsas generadas al amparo de las redes sociales se han convertido, en los últimos años, en temas de múltiples debates académicos, institucionales e incluso al interior de los mismos medios de comunicación. Es claro que la desinformación en la era digital es un tema complejo que seguramente requerirá de códigos de conducta y criterios similares a los que se han consolidado durante décadas por la prensa escrita y los medios electrónicos. Sin embargo, mientras esto sucede, es necesario que los medios digitales, las empresas de las redes sociales, la sociedad y las autoridades electorales asumamos un rol responsable de cara al proceso electoral más grande de nuestra historia democrática y que además queremos que sea el más explicado y el más libre de los que hayamos vivido.
Es por ello que celebro la iniciativa #Verificado2018 es una iniciativa muy valiosa en la que participan Animal Político, Newsweek en Español, AJ+Español, Pop Up Newsroom, Facebook, Google News Lab y Twitter, entre otros, la cual se ha conformado para verificar la información con más intensidad de tráfico que se difunda y consulte en sus redes. Para ello, estos medios digitales destinarán personal, desarrollarán mecanismos de capacitación y utilizarán sistemas informáticos robustos para distinguir información cierta de la que es falsa, relacionada sobre el proceso electoral.
Con base en este proceso conjunto incluirán la etiqueta #Verificado2018 a aquellas notas e información que ya hayan sido validadas por los expertos de dichas empresas digitales. Naturalmente que en el INE vemos con agrado y apoyaremos esta iniciativa en el marco de nuestras atribuciones. Estamos convencidos que contribuirá a evitar que las redes sociales se conviertan en un terreno fértil para la desinformación.
Desde el INE reiteramos nuestra convicción de apostar por la información en lugar de la censura. Mientras no haya una disposición normativa que obligue al INE a actuar en sentido contrario, nuestra política seguirá siendo neutralizar la desinformación con información, validada, clara y sencilla, con el propósito de que las noticias falsas terminen por ahogarse en el mar de la información cierta.
Confío que con herramientas como #Verificado2018 la equidad de la elección más grande que hayamos vivido en México será un escenario posible también en el mundo digital.