Sin mucho ruido
AMLO: 3 películas diferentes
Mercenarismo y oportunismo. De esos males está plagado el partido Morena en Guerrero, cuyos candidatos a distintos cargos, simplemente se tomarán la fotografía -para su propaganda- al lado de su máximo Gurú -Andrés Manuel López Obrador-, y se echarán a la hamaca para luego verse como ganadores y encaramarse al poder desde el primer domingo de julio de 2018.
Tal estrategia tuvo éxitos durante los pasados comicios presidenciales de 2006 y 2012; y ahora vuelve a reeditarse en el caliente 2018. Ya es una película sexenal muy vista, pero ahora con diferentes actores y ramplones de carpa: mercenarios y aventureros oportunistas de la política que buscan el hueso por interés personal para acrecentar fortunas y traficar con el poder.
A Morena, en Guerrero le da vida artificial su Mesías AMLO; este partido no cuenta con estructura electoral. La mayoría de los candidatos a diputados locales y federales eran militantes del PRD. O sea: mercenarios, camaleones y oportunistas que van por el hueso para roerlo.
Basta recordar que hace 12 años cuando AMLO fue postulado como candidato presidencial del PRD, en Guerrero se llevó “carro completo”: las dos senadurías, las 9 diputaciones federales, mayoría de curules locales y alcaldías; con ello el control del Congreso de Guerrero.
Existe una anécdota: Carlos Sánchez Barrios, fue postulado como candidato del PRD a diputado federal por el distrito 07 de Chilpancingo; su oponente fue el prestigiado médico Reyes Betancourt Linares.
Sánchez Barrios, tras su registro como candidato a diputado federal, se echó a la hamaca y ni campaña hizo; como el resto de los aspirantes.
A la medianoche del primer domingo de julio de aquel año, en Chilpancingo, los priístas ya festejaban el triunfo de Betancourt Linares, pero ocurrió algo inesperado: llegaron los resultados del municipio de Coyuca de Benítez, hubo voltereta, los mariachis callaron y perdió Reyes. Triste aquel ambiente.
Ante un sorprendido Sánchez Barrios, contingentes de perredistas y priístas traidores encabezados por su entonces achichincle Marco Antonio Leyva (MAL) y otros zumpangueños, lo fueron a despertar a su cama para informarle que ya había ganado la diputación federal.
Carlos, no lo podía creer: Ya era diputado federal -electo- la medianoche de aquel primer domingo de julio de 2006.
Sánchez Barrios, volvió postularse como candidato de Morena a diputado federal por el distrito 07 de Chilpancingo, pero a esa demarcación ya no pertenece Coyuca de Benítez, donde un traidor al PRI, -Alberto de los Santos (a) “El Betìn”-, operó en esa cabecera y pueblos de la sierra para derrotar al tricolor y al ex candidato Reyes Betancourt en 2006. ¿Se repetirá la misma película?
Astudillo: la mesa electoral
Para que nadie se confunda ni exija que el gobierno le asigne seguridad personal: lo mejor sería que aspirantes o precandidatos -a cualquier cargo de elección-, se retiren de la contienda, si tuvieron, tienen o mantienen vínculos con la delincuencia organizada o desorganizada. Están a tiempo de recular para que después no lo lamente nadie.
Más claro, ni el agua: la Mesa de Seguridad Electoral fue instalada, por instancias del gobernador Héctor Astudillo Flores, con la participación del Secretario de Gobierno Florencio Salazar Adame y el Secretario de Seguridad, entre otros.
“La Mesa de Seguridad Electoral no es para ver cómo vamos a cuidar a los candidatos; yo quiero que eso se precise”, advirtió el mandatario estatal quien se manifestó por abrir un canal de comunicación permanente con todos los partidos para que el proceso comicial avance de la mejor manera posible.
Y es que ningún nivel de gobierno se ocuparía de cuidar especialmente a todos y cada uno de los candidatos a cargos de elección. ¿Y entonces, la población guerrerense no tiene derecho a ser resguardada en su seguridad, patrimonio y cosas?
El gobernador Astudillo Flores, en los hechos, hace todos los esfuerzos posibles a su alcance para que el proceso electoral de Guerrero se lleve a cabo en paz y concordia; pero el trabajo que desplieguen fuerzas policiacas será inútil si ciertos candidatos “tienen cuentas pendientes con el crimen”. Aquí es donde la puerca tuerce el rabo. ¡Aguas!
(Per) versiones
Lo reveló el ahora ex perredista David Jiménez -sin- Rumbo: Beatriz Mojica, fue quien vendió la candidatura por la alcaldía de Acapulco a Jacko Badillo, en la nada despreciable suma de diez millones de pesos; la operación de compra-venta se hizo en una residencia de Costa Azul. Y claro: Mojica, no se manda sola, Los Chuchos se lo ordenaron. El reparto del botín, es otra cosa. Aquí se había advertido: Los Chuchos del PRD y Mojica, le están sacando hasta la última gota de leche a la vaca amarilla, antes de su extinción…Punto.