Refuerza Gobierno se Guerrero salud en Huitziltepec y Tecoanapa
CIUDAD DE MÉXICO, 11 de julio de 2018.- En México, cuatro de cada 10 mujeres de entre 15 y 19 años recibe información incompleta o no recibe ningún tipo de orientación al momento de adoptar algún método anticonceptivo, de acuerdo con el Consejo Nacional de Población (Conapo).
Del total de mujeres en este rango de edad, 58.7 por ciento accede a estos métodos en instituciones públicas de salud — Secretaría de Salud, Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Seguro Popular e Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), entre otros—, mientras que 37.9 por ciento lo hace en farmacias o tiendas de autoservicio.
Según un comunicado, respecto de las mujeres que acudieron a una farmacia, señala el Conapo, “seguramente no contaron con ningún tipo de asesoría sobre la forma de uso, lo cual las expuso a utilizar el anticonceptivo de manera inadecuada y, por ende, a posibles embarazos no deseados”.
En cuanto a la problemática de quienes recurren a instituciones públicas de salud, el organismo advierte que es necesario capacitar a los prestadores de servicios a fin de que ofrezcan mayor y mejor información sobre el uso correcto de los diferentes métodos de acuerdo con las necesidades de los adolescentes, en un ambiente de calidez que genere confianza.
Según la Estrategia Nacional para la Prevención del Embarazo en Adolescentes (ENAPEA), se ha observado que en los jóvenes aumenta la demanda de los servicios de salud sexual y reproductiva cuando el personal que brinda la atención está capacitado, evita juicios y es amigable; las instalaciones donde se brinda la atención son acogedoras y atractivas, y se les comunica la disponibilidad de los servicios y se le motiva a usarlos cuando sea necesario.
En materia de efectividad, detalla la ENAPEA, los métodos con menor probabilidad de falla son los anticonceptivos reversibles de acción prolongada (ARAP), como los inyectables, los dispositivos y sistemas intrauterinos y los implantes.
No obstante, en la práctica, “barreras, principalmente médico-institucionales, han reducido el acceso de las y los adolescentes a los métodos más efectivos, especialmente de las personas que no están casadas o unidas”.
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