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CIUDAD DE MÉXICO, 23 de julio de 2018.- Cifras preliminares del Banco de México (Banxico), revelan que en el primer bimestre de este año el monto de las remesas enviadas desde Estados Unidos superó los cuatro 400 millones de dólares, ocho por ciento más que los cuatro 100 millones de dólares que llegaron en el mismo periodo de 2017.
Esto quiere decir que el primer año de la era Trump no tuvo un efecto negativo sobre los montos de dinero que los migrantes enviaron desde el extranjero a México, de acuerdo con el estudio La política migratoria de Trump.
Impactos para los migrantes mexicanos y sus comunidades, realizado por el Instituto Belisario Domínguez (IBD), órgano del Senado de la República.
Por tanto, es improbable el caso de que el gobierno de Donald Trump aplicara un impuesto del dos por ciento a las remesas, pues el gravamen parece no haber afectado el flujo de remesas provenientes de algunos estados.
Como el caso de Oklahoma, que si bien no tiene un número muy alto de migrantes indocumentados (cerca de 95 mil, en 2014) el 72 por ciento son mexicanos, el flujo de dinero aumentó ligeramente de 222.8 millones en 2015, a 226.2 millones en 2016 y a 233.5 millones en 2017.
De igual manera, parece poco probable que avance esta propuesta de gravar a nivel federal las remesas electrónicas con el fin de castigar a los migrantes indocumentados y financiar el muro fronterizo.
En abril de 2016, Trump reveló que planeaba amenazar a México con aplicar un impuesto a las remesas a menos que el gobierno mexicano hiciera un pago de entre cinco mil y 10 mil millones de dólares para cubrir los costos del valla divisoria.
Ante la amenaza de la política proteccionista de la actual administración estadounidense o la incertidumbre de gravar las remesas, los envíos de dinero desde otros países también aumentaron.
En 2017, el 94.7 por ciento de las remesas fue enviada desde Estados Unidos, pero el monto desde Europa aumentó el 82.9 por ciento, de 98 millones dólares en 2016 a 180 millones.
“Este aumento podría indicar que, dado el complicado ambiente migratorio en Estados Unidos, un cierto número de mexicanos con la posibilidad de hacerlo migra a Europa”, según el estudio.
Sin embargo, el análisis del IBD indica que la depreciación del peso mexicano en años anteriores contribuyó a que los porcentajes de incremento en pesos constantes fueran mayores que en dólares.
De mantenerse esta tendencia, “podría mitigar o compensar el impacto sobre el poder de compra de los hogares mexicanos relacionado con una eventual reducción en el monto de remesas.”
El estudio señala que las remesas internacionales a México han aumentado de manera casi constante desde 2001, hasta alcanzar un máximo histórico de más de 28 mil 700 millones de dólares en 2017.
Las remesas internacionales constituyen una importante inyección de recursos en sectores específicos de las economías nacionales, regionales y locales, pues según el IBD, pueden promover el crecimiento económico y el desarrollo del sector financiero en algunos países, así como la inclusión financiera de los migrantes y sus familias.
Basado en algunos especialistas, consideran que las remesas internacionales también pueden contribuir a reducir la pobreza en las naciones que las reciben.
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