El agua, un derecho del pueblo
Políticos corruptos: ¿al Morena?
No fue limpia ni blanca la toma de protesta de los 80 alcaldes de Guerrero (Ayutla, por usos y costumbres). El último día de septiembre no fue blanco, se tiñó de sangre. Es parte de la espiral de la violencia, como ya ocurre casi en todo el país.
Desde horas antes de la toma de protesta, en la cabecera del municipio de Atenango del Río, hubo un ataque y muerte en contra de dos ciudadanos que iban a ser funcionarios de esa comuna.
Desde antes de la transmisión del poder municipal, el escenario político se manchó por la desaparición (2 de septiembre) del alcalde perredista electo de Cochoapa el Grande, el perredista Daniel Esteban González y su chofer Juventino García Rojas. El PRD politiza el desafortunado hecho, para sacarle raja.
Pero más allá de eventos de violencia y saldos trágicos, en los 81 municipios del estado, los ayuntamientos que heredan los nuevos alcaldes -de sus antecesores- revelan un cochinero en su máxima expresión, como resultado de la corrupción, desvío, malversación y saqueo de recursos del erario público de manera muy cínica y desvergonzada.
El primer lugar en corrupción y todos los ilícitos patrimoniales contra la comuna de Acapulco, se lo lleva el ex alcalde Evodio Velázquez Aguirre, quien fue emplazado por la Sedena para que regrese las 342 armas de alto poder y reaparezcan unos 200 policías que pudieron llevarse el peligroso arsenal.
En segundo lugar que se ganó a “pulso”, por su alto grado de corrupción y cinismo para perpetrar saqueos, desviación, malversación y desfalco a las arcas de la comuna de Chilpancingo, es el también ex munícipe, Marco Antonio Leyva (MAL).
En la lógica de la opinión pública, tanto Evodio como MAL, tendrán que responder ante las autoridades competentes por las graves acusaciones que se fincan y fincarán contra ambos ex alcaldes, quienes serán demandados por delito de peculado más los que resulten.
Y en esa misma lógica, tanto Evodio como MAL, prácticamente ya son “cadáveres políticos”; tendrían que irse al ostracismo y la fría banca.
Pero como en México existe subcultura que raya en la amnesia además de cínica impunidad, es posible que los dos ex alcaldes busquen refugio en algún otro partido. ¿Morena?
Pero –atención- si el partido propiedad de AMLO -Morena- les da cobijo tanto a Evodio como a MAL, de inmediato surgirían reacciones y brotes de inconformidad, porque darle asilo a dos ex alcaldes -los más corruptos de Guerrero- serían muy mal ejemplo para simpatizantes y la militancia.
Todo lo mucho que ganó Morena el primer día de julio cuando se convirtió en un Tsunami, se vendría abajo; los sueños y anhelos de cientos de miles -millones- de ciudadanos que creen en el partido de AMLO, se vendrían por tierra o al cesto de la basura.
Acapulco se encuentra en estado de emergencia, en todos los sentidos: seguridad, economía, finanzas, servicios públicos, todo; así lo alertó la alcaldesa de Morena, Adela Román Ocampo, quien advirtió que informará “de todo lo que encuentre en las finanzas municipales de Acapulco”.
Como consecuencia de la indolencia, la apatía y el constante engaño a la población por parte del ex alcalde de Chilpancingo MAL, la capital sufre un retraso en todos los sentidos, porque fue tiempo perdido.
Las consecuencias están a la vista; son así: una capital destrozada, cuantiosa deuda pública municipal, sin servicios públicos de calidad, sin agua suficiente, no existen obras de relevancia, no hay seguridad, sin relleno sanitario y la ciudad convertida en tiradero de muertos por la guerra entre cárteles del narcotráfico… ¡La capital más horrible de México!
Lo peor que puede ocurrir es que los partidos políticos continúen arropando a políticos -como los que se mencionan- quienes solo buscan encumbrarse a las sillas municipales para satisfacer ambiciones personales (poder y dinero del erario público) y nunca pensaron en el bienestar colectivo de la ciudadanía.
¿Evodio y MAL, se van al ostracismo?… ¿Serán los nuevos huéspedes de Morena, con boleto pagado?… Punto.