El agua, un derecho del pueblo
Diputados de Morena: dinero y poder
No tenía el gusto de conocer a muchos diputados de Morena. Sólo a los que han hecho prestigio en los ámbitos como el periodismo, la política y la cultura. ¿Diputados que no han hecho política? Sí, en los espacios abiertos para la democracia, muchas veces a gritos, a golpes y sombrerazos.
Y aunque parezca paradójica, la aseveración es real. La gran mayoría de nuestros representantes populares son unos perfectos desconocidos, habitantes de una región ignota, extiendo al máximo la rima poética, para poderles aplicar su correcto gentilicio y ubicarlo en su continente inexplorado.
Quizá por eso, esas historias de asaltos, sobresaltos y traiciones a despoblado ocurrirán y se repetirán a lo largo de los próximos tres años. Y con estos compañeros de viaje, pues así, la verdad no se puede transitar hacia el cielo protector prometido: la Cuarta Transformación.
El viernes pasado se formaron las comisiones de siempre al interior del Congreso de Guerrero, que tampoco se han cambiado o reducido como demanda el mandato del 1 de julio. Todo sigue igual, como el descarado deseo de algunos partidos e individuos de estar presidiendo las más productiva$. Y los que votamos por el cambio nos preguntamos: ¿de qué se trata todo esto?
Es muy temprano para sacar conclusiones pero lo manifiesto como temerosa inquietud de una crónica de un fracaso anunciado.
Presidir comisiones, pues, ha sido, digámoslo así, el modus vivendi y operandis más acariciado por todo aspirante a diputado en los diversos congresos conocidos a lo largo de la truculenta historia local y nacional.
A partir de aquí se construyen legítimos sueños personales y sociales, por lo visto hasta hoy, más los primeros que los segundos. Todo aquello que impulse para salir del atolladero económico, social, cultural, en que vivimos los condenados aquí en nuestros cien años de soledad de casas de cartón.
Aparte de las dietas abultadas, el diputado de cualquier partido o color a lo que aspira al llegar al Congreso es que lo pongan “donde hay” dinero y poder, para hacer dinero y salir de pobre de una vez por todas, donde prevalece el principio de primero yo, luego mi corriente, después mi partido, obras malhechas para mis electores, negocio para las empresas de los amigos, diezmos y moches… y el pueblo, esa gran entelequia, “que chingue su madre”.
Muchos de los integrantes de la nueva legislatura ya andan estrenando camionetas, ya cambiaron su anterior estilo de vida, por el de las relaciones públicas, la fiesta, la comilona con los suyos… en contrasentido a lo que se criticó, a lo que se combatió, y a los dictados del líder: tener cuidado, los primeros que se los reclamarán serán sus vecinos, les dijo, como mirando a lontananza.
Hace unos días se festejó el cumpleaños del diputado Zeferino Gómez y asistimos, entre otros, los que participan en el grupo Cuarta Transformación con Cabezas Libres. Allí tuve el gusto de conocer a uno de los que ya se conocen como “Los Tres Troyanos”, es decir, los diputados de Morena que no asistieron a la conformación de las comisiones en el Congreso, supuestamente para beneficiar al PRI.
Se presentó él y también a su acompañante, su esposa, y por el estilo, supusimos era para presumirnos de que era cubana. Ya saben frívola, etc…. como suelen ser la mayoría de los que allá llaman “gusanos”.
A los presentes nos dio mucho gusto de conocer una isleña, pero cambió nuestro rostro cuando dijo que era antifidelista, versión que la mujer ratificó tirando improperios contra el gobierno cubano y la Revolución, y en cambio, loas a Miami y al imperialismo.
Personalmente comparto y hago públicas críticas al gobierno socialista de Cuba lugar donde estuve hace más de 30 años.
Pero sí nos sacó de onda que la esposa de un diputado de Morena se expresara así de un movimiento social que alguna vez quiso revertir la situación de postración frente al imperio en que vivimos los latinoamericanos: donde “cuatro caen por minuto y al final por el abuso se decide la jornada… ”, canta Pablito Milanés.
Bueno, así está conformada la bancada de Morena en el Congreso local y no podemos pedirle peras al olmo. Estén preparados para cualquier cosa todo puede ocurrir: votar con la oposición o irse a integrar otra bancada. La solidez ideológica no es la carta fuerte entre los encargados de hacer los cambios legislativos que demanda la Cuarta Transformación tan necesaria.