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CIUDAD DE MÉXICO, 7 de febrero de 2019.- Por los casi 312 kilómetros de longitud del poliducto Tuxpan-Azcapotzalco fluyen diariamente 170 mil barriles de combustible, lo cual convierte a esta vía de distribución de energéticos en una de las más vulnerables de Pemex para el robo de hidrocarburos, tan sólo en enero pasado, en el transcurso de una semana, fue saboteada en al menos cinco veces esta red; la intención fue evitar y retrasar el abasto de gasolinas a Ciudad México y la parte de la zona metropolitana.
Desde enero el poliducto es vigilado las 24 horas por personal de la Secretaría de Marina (Semar), quienes por aire y tierra despliegan un dispositivo para impedir el robo de combustible, además de custodiar a técnicos de Pemex al momento de realizar trabajos de mantenimiento o reparación de las tuberías dañadas por la acción de grupos delincuenciales.
A lo largo del día y la noche, desde el Centro de Estudios Superiores Navales en Ciudad de México, sin precisar un horario como parte de la estrategia de vigilancia, despegan helicópteros Mi-17 y Black Hawk –este último equipado para maniobras nocturnas– para realizar recorridos de hasta cuatro horas en busca de vehículos o personas que presumiblemente pudieran estar robado combustible o detectar puntos en los cuales se registran fugas o tomas clandestinas a lo largo del poliducto.
La nota en Quadratín México.