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ACAPULCO, Gro., 23 de mayo de 2019.- La Violencia Como Causa de Desplazamiento Interno Forzado, Aproximaciones a su Análisis en México, es un texto que estuvo oculto durante cuatro años porque “al gobierno no le gustaron los resultados”, acusó uno de sus autores, el colaborador de la Comisión Nacional de Población (Conapo), Raúl Romo Viramontes, quien lo terminó en 2015, junto a María Cristina Díaz Pérez.
No obstante, Romo Viramontes celebró la apertura del actual gobierno federal y el apoyo del subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación (Segob), Alejandro Encinas Rodríguez.
La antropóloga María Cristina Díaz realizó entrevistas de personas desplazadas a causa de la violencia, mientras que Raúl Romo hizo el análisis de datos.
El libro de 164 páginas reúne estadísticas oficiales y muestra una perspectiva cualitativa del fenómeno del desplazamiento forzado.
Los datos se centran en un análisis de 2012 a 2014, pero ofrece cifras de 1990 y los más recientes publicados por el Instituto de Estadística y Geografía, y el Secretariado Ejecutivo de Sistema de Seguridad Pública Nacional del año pasado.
Los autores consideraron necesario reconocer que la violencia afecta tanto a los desplazados, como a los que se quedan no sólo en comunidades, sino en las ciudades afectadas por la violencia.
Coincidieron en que la creciente violencia es un factor determinante en la disminución de la tasa de natalidad, pues nueve de cada 10 hombres son jóvenes en edad reproductiva.
Díaz Pérez expuso que el desplazamiento interno por violencia es prácticamente emergente, y destacó que volverlo visible permitirá modificar políticas públicas.
Se destacó que en el texto, al describir explícitamente los hechos, su evolución y la forma como se recrudecen a partir de los testimonios de las víctimas, aspira a dar voz a aquellos que han optado por el silencio como única alternativa de sobrevivencia, pues todos los entrevistados buscan mantener el anonimato.
Raúl Romo mencionó que Guerrero siempre ha estado en los primeros lugares de violencia y el municipio de Acapulco aparece en el top ten durante la última década o 15 años.
El estadista Romo Viramontes resaltó que las altas tasas de homicidios en las ciudades más violentas, están directamente relacionadas con los desplazamientos.
Destacó que la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (Envipe) 2020, agregó al cuestionario básico la pregunta de si el encuestado cambió de domicilio por violencia o inseguridad pública.
La antropóloga María Cristina Díaz dijo que algunas de las consecuencias del desplazamiento forzado son el robo de identidad, de profesión y la disminución del potencial reproductivo.
Si bien dijo, la consultora independiente, el desplazamiento indígena no ha sido resuelto, sí ha sido el más documentado y su origen, es la conformación de municipios autónomos, conflictos armados, y “muchas veces” con presencia del crimen organizado.
La parte más dolorosa del fenómeno de desplazamiento, indicó, es la colusión de las autoridades y el miedo a denunciar por temor a perder la vida.
Del desplazamiento, reveló, existe un síndrome de Robin Hood, porque los integrantes del crimen organizado suplen la falta de autoridades, pues brindan servicios y mejoran las condiciones de vida de la gente que ha dejado sus lugares de origen.
Los desplazados, sostuvo, asocian a los representantes de las oficinas de derechos humanos como protectores de sus agresores, pues bajo el argumento de vigilar sus derechos fundamentales, se convierten en sus agresores, también al defenderlos.
La presentación estuvo moderada por el investigador de la Uagro, Gabino Solano Ramírez y se desarrolló en la Unidad Académica de Medicina de la Universidad Autónoma de Guerrero (Uagro), como parte de las conferencias magistrales programadas por el diplomado Perspectivas Teóricas y Metodológicas para el Estudio de Violencia, convocado por la Red Latinoamericana de Estudios Subnacionales y la máxima casa de estudios.