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ACAPULCO, Gro., 14 de junio de 2019.- El alcalde perredista de San Miguel Totolapan, Juan Mendoza Acosta, negó que el subdelegado regional de los Programas Integrales de Desarrollo del gobierno federal en Tierra Caliente, Andrés Nieto Cuevas, haya sido retenido por habitantes y que el movimiento de exigencia del fertilizante tenga motivos políticos.
En entrevista con Federico Sariñana y Juan José Monte para Capital Máxima, el presidente municipal aseguró que él estuvo en todo momento con el subdelegado y que su estancia de varias horas se debió a que estaba esperando la llamada del delegado federal Pablo Amílcar Sandoval Ballesteros para poder darles una respuesta a los pobladores inconformes por el retraso en la distribución del abono.
“A mí ayer llegaron mensajes y me decían que era una cuestión política este movimiento, eso no es cierto. Yo cuando pude platiqué con los campesinos, desde cuándo tenían la inconformidad y estaba frenando esta situación, yo les pedía que les diéramos tiempo…pero ahorita ya estamos fuera de tiempo…máximo se puede sembrar hasta el 25…luego son pueblos que casi no hay tractores y se los andan peleando… no fue con ninguna intención política, fue un movimiento de los ciudadanos y no le pude dar la espalda a mi pueblo”, aclaró.
Mendoza Acosta explicó que otra de las inconformidades es que en la administración anterior, que también encabezó él, el padrón era de 9 mil 336 de beneficiarios y este año se redujo a 4 mil 114, además de que no se sabía quiénes eran los productores que quedaron dentro.
“Nosotros entablamos varias mesas de diálogo, al principio nos llamaban mucho a reuniones y nosotros le dimos nuestro punto de vista como alcalde, pero ya al último no sé qué pasó…nosotros entregamos los padrones, además los tiene la Secretaría de Agricultura del estado, no sé qué pasó, no sé en qué se basaron para sacar esos 4 mil 114”, expresó.
También señaló que la distribución comenzó por los campesinos de la cabecera, cuando normalmente se empieza la entrega a los de la sierra, y desde enero, pues debido al estado de los caminos y a la temporada de lluvias, es más difícil llegar a ellos.
“Nosotros con todo gusto les dijimos que íbamos a colaborar, pero al final de cuentas nos hicieron a un ladito y se les hizo un relajo…Nosotros cuando estábamos coordinados, empezábamos a entregar en enero, teníamos embodegado todo y empezábamos con la parte de la sierra, precisamente por los caminos, que se descomponen (por las lluvias), a estas alturas teníamos el 98 por ciento ya entregado”, agregó.