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CIUDAD DE MÉXICO, 6 de agosto de 2019.- De acuerdo con cifras del Programa Universitario de Estudios del Desarrollo (PUED) de la UNAM, en los últimos 10 años (2008-2018) la pobreza en México disminuyó en 2.5 por ciento, al pasar de 44.4 por ciento a 41.9 por ciento, aunque el número de personas en esa condición aumentó 2.9 millones.
Es decir, “tenemos más población de pobres en términos absolutos (debido al aumento poblacional), aunque se registra menor porcentaje”, explicó Delfino Vargas, investigador del PUED.
Se observó un decremento de 49 a 48.8 por ciento en 10 años sólo en pobreza por ingreso. Hoy día este rubro se mide de manera multidimensional, por eso abarca una década.
En cuanto a la pobreza extrema, pasó de 11 por ciento en 2008, a 7.4 por ciento en 2018, y el número de personas en esa condición disminuyó tres millones, al pasar de 12.3 a 9.3 millones en el mismo periodo.
En el año 2018 entre los indicadores de las carencias sociales se muestra que el acceso a la seguridad social pasó del 65.0 al 57.3 por ciento; el acceso a la alimentación pasó de 21.7 a 20.4 por ciento, y el servicio básico de vivienda de 22.9 a 19.8 en la década de referencia.
En el mismo lapso, el acceso a los servicios de salud pasó de 38.4 a 16.2 por ciento, lo que representó una disminución de 57.9 por ciento; en lo referente a la calidad y espacio de la vivienda, explicó el investigador del PUED, el registro era de 17.7 por ciento en 2008, y de 11.1 por ciento en 2018, baja atribuible en gran medida a las viviendas incluidas en el Programa Piso Firme.
“La disminución de la pobreza es espuria, porque se considera un decremento en cifras absolutas y en realidad aumentó el número de pobres, porque la reducción es atribuible solamente a la política social. Si medimos la pobreza por ingreso, no hay cambios”, subrayó.
Delfino Vargas refirió que las entidades con el mayor porcentaje de habitantes con escasos recursos son Chiapas, Guerrero, Oaxaca y Veracruz.
“Las políticas sociales están vinculadas a las carencias sociales; es decir, ahí observamos una disminución, pero el reto ahora es crear nuevas políticas que no se dirijan exclusivamente a los indicadores, como sucedió en sexenios anteriores. En nuestros análisis observamos que las carencias sociales, en términos de una década, se incrementaron”, remarcó.
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