Continúan actividades de 42 Feria del Libro Infantil y Juvenil en Atoyac
CIUDAD DE MÉXICO, 28 de octubre de 2019.- “Nuestros abuelos contaban que la muerte significa alegría, trascendencia y regresar al lugar de origen: el cuerpo se desintegra, pero el espíritu vive por toda la eternidad”, narró Ayaotekatl, nativo de Azcapotzalco, perteneciente a la tribu Tepaneca.
En entrevista con la UNAM Global, explicó que su nombre viene del náhuatl, y su apodo es Lobo blanco. Con su cabello lacio y blanco, acude todos los fines semana al zócalo de Ciudad de México para mantener viva la tradición de los ancestros mexicanos.
La muerte no le preocupa y afirma que se ha comprobado que el espíritu es indestructible. ¿Qué tiene que ver el Mictlán con el día de muertos? Responde sonriendo: “Todo, Mictlán significa lugar eterno del reposo de los muertos: está compuesto por nueve dimensiones que simulan un cómputo de tiempo”.
Explica que “en cada dimensión existe un señor del día y otro de la noche, en total son 18 que multiplicados por 20 resultan 360 días del año; más cinco puntos cósmicos que son: la tierra, el agua, el viento, el fuego y el Sol, nos da un total de 365 días del año”.
Ese lugar representa el eterno descanso, donde vive Mictlantecuhtli, señor de los muertos. “El día de muertos retoma toda una tradición profunda, en donde se guarda el culto a los difuntos con alegría, porque la materia se desintegra, pero comienza el principio eterno”, dijo.
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