México ante su mayor amenaza
El arte de la guerra y Culiacán
Lo sucedido en Culiacán durante el operativo para detener al hijo de El Chapo Guzmán ha dejado dudas y confusión, así como interpretaciones equivocadas en cuanto a la responsabilidad de la decisión y ejecución. No queda muy claro si los resultados, es decir, la detención y liberación de Ovidio Guzmán fue por casualidad o causalidad.
Karl Von Clausewitz, en su libro De la guerra, entre muchos conceptos señala que “La guerra es la extensión pura de la política por otros medios”.
Sun Tzu en su libro milenario El arte de la guerra considera que para atacar al enemigo en su propio terreno es indispensable conocer cuál es su fuerza de respuesta. Conocer su fuerza numérica y su capacidad de fuego, su potencial en armamento. “Conoce a tu enemigo y conócete a ti mismo y podrás librar cien batallas sin saber lo que es la derrota”.
“Los que son expertos en el arte de la guerra someten al enemigo sin combate.” Sun Tzu. En Culiacán realmente hubo pocos disparos. ¿Quién ganó la batalla?
La información que se ha hecho pública en diversos medios señala que los servicios de inteligencia de la Sedena ya tenían ubicado el lugar donde llegaría el hijo de El Chapo. Los militares responsables del operativo actuaron sin tomar en cuenta las condiciones favorables al enemigo: número y capacidad de fuego. Ahora no sabemos a ciencia cierta si la decisión de actuar se tomó en altos niveles o si el grupo responsable de la acción actuó por iniciativa propia. De donde haya surgido la decisión esta fue equivocada en función del objetivo principal, detener a Ovidio Guzmán.
Clausewitz señala: “…la guerra no es solo un acto político, sino un instrumento político real, una extensión de la actividad política, una perpetración de la misma por otros medios”. Y agrega que “…el propósito político es el objetivo, mientras que la guerra es el medio, y este nunca puede considerarse en forma separada del objetivo”.
¿Cuál era el objetivo político? La detención del hijo de El Chapo con fines extradición a solicitud del gobierno de Estados Unidos.
Conocer la verdad de quienes tomaron la decisión de actuar sin considerar la cadena de mando, como se ha dado a conocer por diversos medios, nos permitirá saber si existen pretensiones políticas por parte de algún sector de la Sedena. Lo anterior viene a colación por los recientes comentarios del ejecutivo federal y jefe supremo de las Fuerzas Armadas, Andrés Manuel López Obrador, en el sentido de que hay la pretensión de realizar un golpe de estado. Huelga decir que los únicos interesados en una acción de este tipo son todos aquellos que se han visto beneficiados en los últimos 30 años por el régimen encabezado por el PRI y el PAN. Por los mismos sectores que permitieron y apoyaron el crecimiento de organizaciones delincuenciales que azotan al país. Aquellos que se beneficiaron enriqueciéndose con recursos públicos.
Durante la década de los 70 en América Latina varios países sufrieron de dictaduras militares que solo respondieron a los intereses de la oligarquía y de los lineamientos de Estados Unidos. Uruguay, Argentina, Nicaragua y Chile fueron los más conocidos. En este último, a quien por error Salvador Allende le dejó dirigir a las fuerzas armadas chilenas, Pinochet, fue el que ordenó el bombardeo a la Casa de la moneda, palacio nacional de Chile, y la detención y ejecución de cientos de chilenos. El pueblo de México siempre fue solidario con estos países en su lucha democrática y, después, en contra de la dictadura. Recibimos como exiliados a argentinos, uruguayos, nicaragüenses y chilenos, de la misma forma que recibimos a cientos de españoles con el gobierno de Lázaro Cárdenas.
Por cierto, en otro tenor, he leído comentarios en el sentido de que López Obrador quiere llevar al país al pasado. Yo quisiera que, como en el pasado, el peso tenga un mayor poder adquisitivo, que el salario le permita a los trabajadores tener mejores condiciones de vida, que la gasolina esté más barata, que no haya tantos migrantes mexicanos hacia otros países, que México sea considerado nuevamente como el cuerno de la abundancia, que la gente pueda salir a las calles a cualquier hora del día o la noche. Esto, entre otras cosas del pasado, me gustarían en la actualidad.