Teléfono rojo
El nuevo tratado
“En un mundo de libre comercio y democracia, no hay incentivo para la guerra y la conquista.”
Ludwig Heinrich Edler von Mises (1881-1973) (Filósofo y Economista Austríaco).
El tratado de libre comercio entre México, Estados Unidos y Canadá. T-MEC aka TLCAN 2.0 aka NAFTA 2.0 para diferenciarlo de su antecesor el TLCAN o NAFTA, fue el resultado de la renegociación del TLCAN, que se efecutó entre 2017 y 2018 por parte de sus estados miembros, y concluyó de manera informal con el acuerdo en sus términos el 30 de septiembre de 2018. Fue firmado formalmente el 1 de octubre.
El T-MEC fue firmado por el primer ministro de Canadá Justin Trudeau, y los presidentes de Estados Unidos, Donald Trump, y de México, Enrique Peña Nieto, el 30 de noviembre de 2018, durante un evento paralelo a la Cumbre del G-20 de Buenos Aires, Argentina.
Las negociaciones “se centraron principalmente en las exportaciones de automóviles, los aranceles de acero y aluminio y los mercados de lácteos, huevos y aves de corral”. Una disposición “impide que cualquier parte apruebe leyes que restrinjan el flujo transfronterizo de datos”.
En comparación con el TLCAN, el T-MEC aumenta las regulaciones ambientales y laborales, e incentiva una mayor producción nacional de automóviles y camiones. El acuerdo también proporciona protecciones de propiedad intelectual actualizadas, le da a los Estados Unidos más acceso al mercado lácteo de Canadá, impone una cuota para la producción automotriz canadiense y mexicana, y aumenta el límite libre de impuestos para los canadienses que compran productos estadounidenses en línea de $ 20 a $ 150.
La revisión del tratado fue una necesidad política para Donald Trump, ya que lo había hecho una promesa de campaña, de acuerdo a su postura, estaba dispuesto a cancelarlo. Después de su elección, el gobierno de Trump impulsó una serie de cambios que afectaron las relaciones comerciales con otros países, entre ellas, el retiro del Acuerdo de París, el abandono del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica, y la guerra comercial con China. Ello reforzó la idea de que se hablaba en serio por parte de Trump en cuanto a que había que hacer cambios sustanciales al Tratado.
Las modificaciones aprobadas por México, Canadá y Estados Unidos para el nuevo acuerdo comercial de Norteamérica no necesariamente son buenas para México, dijo este martes Jesús Seade, subsecretario para América del Norte de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE).
“Todos los resultados a los que estamos llegando son, o bien razonables, no necesariamente que yo diga buenos para México. Son razonables”, dijo Seade en su discurso durante la firma del Protocolo Modificatorio al T-MEC.
Es claro que el TLCAN original era positivo para México, y que el actual, aunque positivo, produjo un mejor margen de utilidad para los Estados Unidos, si no, USA jamás hubiera exigido una revisión.
Gustavo de Hoyos, presidente nacional de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), señaló que los empresarios fueron “marginados”, en el marco de la negociación para la aprobación del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
“La negociación del #TMEC debería de contar con el consenso de los sectores productivos de principio a fin”, señaló el representante patronal en de redes sociales.
Durante la renegociación del Tratado, que sustituirá al Tratado de Libre Comercio (TLC), los empresarios participaron a través del llamado “Cuarto de Junto” y el Consejo Consultivo, que se configuraron con especialistas de diversos temas como el laboral, energético, ambiental y de 300 sectores, para aconsejar al equipo negociador del gobierno.
Al respecto, la Coparmex reprochó que “en la definición del Protocolo Modificatorio TMEC, el Consejo Consultivo y el Cuarto de Junto fueron marginados. Las afectaciones transigidas se pactaron por el @GobiernoMX”.
Para los tres ejecutivos federales, el acuerdo fue un éxito. “Hemos conseguido el mejor acuerdo comercial en la historia”, dijo el negociador de EE UU, Robert Lighthizer en la firma del acuerdo final. México tuvo que aceptar el crear un panel de solución de controversias en materia laboral; también cedieron en la petición de la industria automotriz estadounidense para cumplir con un 70% de contenido norteamericano en la producción de automóviles que será revisada en siete años en los componentes de acero y en diez años en el aluminio. Por su parte los estadounidenses dejaron de insistir en la protección de diez años para patentes de biomedicamentos, lo que favorece la introducción de genéricos en México y se ve reflejado en el costo del sector salud, tanto a nivel gobierno como privado.
Las palabras más claras, son las que dijo nuestro presidente en el acto en el que se firmó el acuredo final. “Es un acuerdo que nos ayuda a impulsar el crecimiento económico de nuestras naciones, sin duda significa mayor inversión para Canadá, Estados Unidos y México. Se trata de atraer más inversión para América del Norte y como todos sabemos si hay inversión hay crecimiento, si hay crecimiento hay bienestar, si hay bienestar hay paz y hay tranquilidad”.
El presidente añadió que el TMEC servirá también para mejorar las condiciones sociales de la región ante el tema migratorio. Si hay mejores oportunidades para todos, podemos sin duda juntos intentar construir para todo el territorio un mejor futuro. No es tarea fácil, pero debemos de transitar hacia las nuevas reglas, la globalización camina de manera irreversible. Finalmente México, USA y Cánada, saben bien, que solamente Juntos Logramos Generar: Propuestas y Soluciones.
JLG.