Teléfono rojo
Por Juan José Contreras Lara
No todo es malo con la pandemia. Tiene sus cosas positivas y no me refiero a cuestiones que tengan que ver con los temas personales o sociales, sino a la política.
Para los guerrerenses la contingencia ha significado tomarse un respiro en la carrera hacia las elecciones del próximo año, por parte de los adelantados de siempre, que desde el año pasado andaban desatados, no obstante que el proceso electoral, por lo menos formalmente, se inicia hasta septiembre próximo.
A estas alturas, luego de semanas de alerta sanitaria, los asuntos de política han casi desaparecido del entorno informativo. Hay sin embargo, algunos inquietos personajes por ahí que no han tenido empacho ni escrúpulos para montarse en este desafío de salud pública para tratar de sacar raja, unos con la patética usanza antigua de regalar despensas de tres pesos, otros inventando acciones y estrategias de solidaridad, cuyos beneficios reales sólo quedan en lo imaginario.
Hay otros más, que sin necesidad de mayor exposición siguen presentes de manera intermitente y discreta, desde sus actuales posiciones y finalmente están algunos que han decidido dejar el protagonismo para más adelante, manteniendo un perfil muy bajo, dando la apariencia de no estar presentes, aunque obviamente sí lo estén. Los políticos son muy hábiles para eso.
Todo esto ha descargado la atención mediática, lo que para los ciudadanos ha resultado un verdadero respiro, porque en plena crisis de salud pública, sería verdaderamente deleznable tener que soportar encima el ruido de la ambición política. Algunos de los aspirantes se percataron a tiempo de que ello sería contraproducente para sus pretensiones y con mucho tino han dado un paso atrás.
Habrá que esperar a que pase lo peor de la pandemia porque sus secuelas no creo que se puedan anticipar desde ahora. Es más, no hay que olvidar que el Covid 19 no se irá nunca de nuestro entorno porque llegó para quedarse. Tendrá que transcurrir más tiempo para poder evaluar de qué manera evolucionará el sentimiento social hacia la política y sus actores, porque sean cual fueren las consecuencias, dudo mucho que haya quienes resulten indemnes de todo esto. La pandemia va a cambiar todo y la percepción de la real utilidad de los políticos y sus partidos será una de ellas.
Recientemente el diario El Financiero publicó una encuesta que revela que el 59 por ciento de los ciudadanos no apoya a ningún partido político en este momento. El mismo estudio estadístico sigue ubicando a Morena como el partido con más seguidores, aunque se ha desplomado a 18 por ciento y aún supera a PRI, PAN y PRD que continúan casi a nivel de piso, sin levantar un ápice.
Es imposible anticipar nada en este momento, pero lo que es bastante claro que las cosas no serán iguales para nadie después de la pandemia. Ese será el otro saldo que dejará todo esto.