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CIUDAD DE MÉXICO, 20 de mayo de 2020. — Como parte del desarrollo de proyectos para atender la emergencia sanitaria por coronavirus (Covid 19), el Gobierno de Ciudad de México, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y Atfil -empresa incubada de la Facultad de Ingeniería-, inauguraron la fábrica de mascarillas de protección y alta eficiencia N95.
La titular de la Secretaría de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación (SECTEI), Rosaura Ruiz Gutiérrez, explicó que esta colaboración permitirá contribuir al abastecimiento y protección de los principales institutos, hospitales y trabajadores de la salud, que atienden a pacientes con esta enfermedad.
“El modelo que estamos presentando en la expectación, es fundamental para proteger al personal de salud, médicas, médicos, enfermeras, enfermeros, que están en contacto con los pacientes que tienen el Covid 19”, comentó por medio de un comunicado.
En abril pasado, el Gobierno de Ciudad de México presentó una cartera de proyectos a desarrollar a través de la RED ECOs, en colaboración con instituciones públicas y privadas, con el fin de atender la emergencia sanitaria ocasionada por el Coronavirus.
La operación y capacidad de producción de la fábrica de mascarillas de alta eficiencia ATF-95 (nombre del modelo) es de hasta 40 mil piezas diarias y se espera que, para el 31 de diciembre de 2020, se cuente con un total de 6 millones de mascarillas.
El director general de Desarrollo e Innovación Tecnológica de la SECTEI, José Bernardo Rosas Fernández, detalló que la inversión este proyecto fue de 31.5 millones de pesos, equivalente a la instalación de maquinaria, espacio y producción.
Explicó que las mascarillas de alta eficiencia constan de cinco capas de protección y filtración, hechas con tela sintética repelente (fibras de poliéster), material termoformable y múltiples capas de polipropileno (alta eficiencia en filtrado).
Para la aprobación y rectificación de los estándares de calidad se realizan las pruebas de penetración, donde se miden la filtración de partículas de cloruro de sodio (NaCl) en las capas de la mascarilla utilizando un fotómetro; y el análisis por microscopía electrónica de barrido, que muestra la cantidad de gotas salinas que puede atravesar el material, que es menor de 0.5 micromilímetros (μm).
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