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IGUALA, Gro., 3 de julio de 2020.- Debido a que Guerrero está en semáforo naranja y a la presión de comerciantes de diversos giros, desde este viernes comenzaron sus actividades comerciales los restaurantes y hoteles de la ciudad.
Algunos, incluso, desde hace un día ya habían abierto al público, sobre todo en la zona de playa de la laguna de Tuxpan, otros aún continúan con los trabajos de limpieza y sanitización de sus establecimientos.
Lo anterior, para iniciar este sábado con la venta de alimentos en sus locales, sin que los consumidores equivalgan a más de un 30 por ciento de su capacidad, además de que tendrán que respetarse la sana distancia, el uso obligatorio de cubrebocas de empleados y comensales, contar con agua y jabón y gel antibacterial.
El propietario del restaurante El Arroyo, René Ocampo comentó que al menos 50 negocios de comida ya no abrirán sus negocios por la crisis. “Muchos ya entregaron refrigeradores y otros muebles a las empresas refresqueras o cerveceras”, expresó y consideró que el pago de la renta durante tres meses sin tener ingresos fue la causa.
Quien fuera director de Turismo municipal durante el trienio anterior señaló que la mayoría de los restaurantes o negocios de comida redujeron su plantilla laboral para reiniciar en estos días.
En su caso, dijo que de 17 trabajadores, entre meseros y empleados de cocina, sólo trabajarán 14 “y esperamos que todo salga bien para que se reintegren los demás”.
Explicó que han estado trabajando en la limpieza y desinfección de su local que ha sido conocido por el servicio de bufete que ha ofrecido durante años a unos metros del Zócalo de Iguala.
“Estamos lavando todo y desinfectando todo. Ya colocamos protectores a las bufeteras (espacios en los que se colocan los alimentos que los comensales normalmente se servían) y ahora las personas verán lo que quieren y habrá personal dedicado a servirles sus alimentos”, detallo.
De esta manera los consumidores no estarán en contacto con los alimentos como antes.
Indicó que todos los meseros usarán cubrebocas y mascarillas y que los empleados de cocina también usarán cubrebocas, mallas para el pelo y en algunos casos hasta guantes.
La distribución de las mesas también tendrá ajustes. En las mesas en las que normalmente se sentaban ocho o 10 personas, sólo podrán sentarse hasta cinco y habrá la sana distancia entre las mesas.
Esto significa que se reducirá hasta en un 40 por ciento de la capacidad de atención del restaurante considerando que cuenta con espacio suficiente para la distribución de mesas con las normas sanitarias establecidas. También se colocarán tapetes desinfectantes de zapatos en los accesos.
Este restaurante sólo abrirá por las mañanas para ofrecer su tradicional servicio de bufete, no tiene previsto dar atención de servicio a la carta, aunque René Ocampo reconoció que tiene algún proyecto a futuro, “pero no en El Arroyo”.
Al preguntarle si sabe cuántos negocios de venta de comida existen en la ciudad, comentó que considerando restaurantes, fondas, taquerías y torterías, “yo creo que serán como 800 o tal vez más, considerando a negocios formales e informales”.
En el caso de los hoteles del Centro de la ciudad fue muy poca su actividad. La mejor temporada para estos negocios es la Feria a La Bandera que se lleva a cabo en febrero.