Teléfono rojo
Matrimonios por conveniencia
Tanto a nivel nacional como local, se fraguan alianzas electorales para el proceso del 2021, trátese de elecciones federales o de los estados. Unos venden la idea de derrotar o restarle poder a Morena, los otros, avanzar con el combate a la corrupción y el cambiar el régimen.
La realidad es que la influencia de dichas coaliciones en el proceso electoral será menor, se centrará sólo en las oligarquías que controlan esos partidos y fallará en el reparto de las candidaturas a sus seguidores y no a la sociedad civil.
las elecciones del 2021 van a tener otros grupos de activistas que desde ahora no han encontrado espacios en esas tres fuerzas: el grupo ultraderechista de FRENAAA, el grupo empresarial de Sí por México, el grupo de Felipe Calderón Hinojosa, el Partido Verde que no logró alianza con Morena y el PT en busca de su autonomía relativa.
La formación de esas amalgamas electorales no es nueva. Los frentes o coaliciones electorales son una de las vías más comunes para ganar elecciones en México.
En los últimos 17 años, PAN y PRD (con otros partidos) se han coaligado en 15 ocasiones, siendo exitosas en ocho: Baja California en 2001; Oaxaca, Puebla y Sinaloa en 2010, Baja California en 2013; Durango, Veracruz y Quintana Roo en 2016; Nayarit en 2017 y en ningún caso lograron hacer un gobierno diferente.
Los frentes o coaliciones electorales sirven para ganar elecciones, punto. Una vez en el gobierno, manda el gobernador y su partido en tanto los aliados participan de forma complementaria o marginal: en ocasiones algún integrante se incorpora al gabinete; en ocasiones algún programa o iniciativa legislativa se promueve para responder a los convenios de la coalición; pero al final del día manda el partido del candidato ganador. Con más frecuencia no hay rompimiento visible pero los partidos coaligados simplemente se esfuman en la irrelevancia.
Gobierno de coalición es una idea que surgió para remediar la presunta parálisis de los gobiernos divididos que, en el caso de México, se agudizó por la fragmentación del sistema de partidos y por la falta de segunda vuelta que generó presidentes minoritarios desde 2000 hasta el 2012.
La propuesta de un frente PRI-PAN-PRD es pobre e ingenua. No existen evidencias de que el triunfo electoral de frentes o coaliciones hayan sido motor de cambio de régimen. Lo que se ha generado es alternancia en la presidencia del país o en el control del Congreso, pero a la fecha el cambio de régimen no ha ocurrido. Los triunfos electorales ante el PRI han sido producto del hartazgo y del arrastre de ciertas figuras. La estadística electoral así lo demuestra.
En otro momento se ha tratado de tendencia electorales aisladas que no lograron articular fuerzas políticas ni incentivar una participación social que rebasara a las estructurales electorales.
PRI, PAN y PRD tendrían que explicar es porque un triunfo de la coalición sí sería ahora motor de cambio cuando no lo ha sido mientras han sido gobierno. Además, la carencia de una plataforma ideológica o, al menos, de una guía que permita tanto en México como en Guerrero un crecimiento económico distinto al que ha existido hasta ahora.
Volver a los niveles promedio de 2 a 2.5 por ciento anual es una regresión. No fue suficiente para dar respuesta a las necesidades sociales como tampoco lo fue para generar un mercado interno que diera una dinámica sostenible a la economía nacional.
EL PRD y el PAN están entrando a una contradicción que resulta poco menos que imposible explicar. Durante décadas lucharon por expulsar al PRI del gobierno. Vicente Fox llegó a decir, o vamos a sacar a patadas…y ahora resulta que lo que volver a meter sobándole las patadas.
La dirección de Los Chuchos ha convertido al PRD en una pequeña agencia de colocaciones y en un mercado ambulante de candidaturas.
Sin ideales, sin liderazgo y sin dirección política, el PAN es una franquicia en busca de aliados.
También queda por aclarar es si la bandera de regresar a una mayoría legislativa PRI-PAN que operó en el sistema político priísta en el periodo neoliberal 1989-2018 es lo suficientemente popular como para sacar a la gente a votar contra Morena.
A nivel nacional, la alianza PRI PAN PRD tiene como eje el PAN. A nivel local, en cambio, el eje está las oligarquías partidistas. Manuel Añorve del lado del PRI y su primo Ángel Aguirre Rivero en el PRD, pero con tentáculos en el PRI y hasta en Morena. Los cargos de elección popular son un botín. No hay proyecto político-económico para Guerrero.
Las alianzas dependen de muchas circunstancias de las cuales hoy carecen el PRI, el PAN y el PRD.
A veces nos quieren vender los mismos perros, pero con otros collares diría la abuela.
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Fuentes:
Estadísticas electorales del Instituto Nacional Electoral.
Las Coaliciones Mexicanas. Cámara de Diputados.