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CIUDAD DE MÉXICO., 21 de febrero de 2021.- La piratería editorial, poco a poco, de manera progresiva y como una enfermedad crónica, atenta contra la cultura nacional. Pero no sólo eso: cuando alguien decide adquirir un libro pirata financia a quienes no respetan el estado de Derecho, coincidieron en señalaron expertos de la industria editorial.
Al participar en la mesa redonda virtual Pirateriìa editorial, que forma parte de las actividades de la XLII Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería, Quetzalli de la Concha, gerente Legal y de Derechos de Autor del grupo editorial Penguin Random House, destacó que cuatro de cada diez libros que se consumen en el país son pirata, lo cual coloca a México en el primer lugar en venta de piratería de libro impreso.
Ese fenómeno, tolerado por el público y por las autoridades, ha ido creciendo exponencialmente. Hace 15 años dos de cada diez obras eran pirata; ahora ya son cuatro. Y eso tiene como consecuencia que el dinero por las ventas llega a la delincuencia organizada, y los autores, editores y casas editoriales que dan trabajo a más de 400 mil familias no reciben la remuneración que les corresponde.
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