Deja un muerto enfrentamiento entre policías y armados en Acapulco
ACAPULCO, Gro., 28 de septiembre de 2021.- Durante el interrogatorio y tortura al presunto jefe de sicarios del grupo delictivo Guerreros Unidos, FRS, alias El Cepillo, el ex director de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) de la extinta Procuraduría General de la República (PGR) durante el sexenio pasado, Tomás Zerón de Lucio, utilizó videos de declaraciones hechas dos meses antes por otros acusados con el fin de hacer coincidir los testimonios.
El diario Milenio publicó este martes un reportaje del periodista independiente Témoris Grecko, en el que enfatiza que durante el interrogatorio y tortura de El Cepillo, Zerón de Lucio “dictó” la llamada “verdad histórica” del ex procurador Jesús Murillo Karam.
En 2015, el gobierno de Enrique Peña Nieto dio carpetazo a la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa ocurrida un año antes, con la instauración de la versión que limitaba la responsabilidad al cártel Guerreros Unidos y al presidente municipal de Iguala, José Luis Abarca Velázquez y a su esposa, María de los Ángeles Pineda. Ello, sin tomar en consideración las evidencias que apuntaban al involucramiento de policías y militares.
Témoris Grecko reseña este martes que tuvo acceso a varios videos en los que aparece El Cepillo y otros testigos que rindieron sus declaraciones bajo amenazas, donde se demuestra que al menos cinco están con los ojos y oídos vendados, lo que constituye “privación sensorial” o “tortura blanca”, método que ha sido condenado por derechos humanos.
El pasado 23 de septiembre, Milenio dio a conocer que el antiguo Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) hizo 40 grabaciones de interrogatorios efectuados a testigos del caso Ayotzinapa en las que se puede observar torturas por parte de funcionarios.
En julio del año pasado, el diario dio a conocer otra parte del video en el que se observa cómo Tomás Zerón interrogó y torturó a El Cepillo para que apuntalara la llamada “verdad histórica”, de que los normalistas habrían sido incinerados en el basurero de Cocula y que sus cenizas fueron arrojadas al río San Juan.
Con información de Milenio.