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CIUDAD DE MÉXICO.,14 de Octubre del 2021.- La concesión del Premio Nobel de Economía de este año ha venido a desmontar aún más un mito que tiene décadas de antigüedad y que consiste en creer que aumentar los salarios mínimos cuesta empleos.
El premio fue otorgado a David Card, Joshua Angrist y Guido Imbens por la investigación del mundo real en la década de los años 1990, el cual demostró, empíricamente, que la idea defendida por los economistas conservadores según la cual salarios mínimos más altos significan menos empleos, no se basa en hechos.
La Secretaria General de la CSI, Sharan Burrow, comentó a este respecto: “Estos galardonados con el Premio Nobel han demolido la teoría no probada, pero influyente, de que garantizar que los trabajadores y las trabajadoras tengan un salario mínimo decente de alguna manera significa la pérdida de empleos.
Aquellos que han vendido durante décadas esta legendaria teoría y los Gobiernos e instituciones que la han impuesto, sin las comprobaciones adecuadas o en contra de las pruebas en contrario, son responsables de que millones y millones de personas vivan en la pobreza.
Este premio es una grave acusación contra muchos economistas en el sentido de que han tenido que pasar unos treinta años para que los hechos prevalezcan sobre una idea dañina e infundada. En un momento en que el mundo necesita investigación científica y basada en pruebas para abordar una pandemia global, la economía también debe basarse en el análisis de los hechos y no en una especulación ideológica y mal informada disfrazada de asesoramiento político legítimo.
“Garantizar salarios mínimos dignos a través de procesos legales o negociaciones colectivas es crucial para poner fin a la pobreza; invertir la tendencia a largo plazo de disminución de la participación en los ingresos del trabajo; aumentar la demanda; y construir las bases para la recuperación, con empleos, trabajo decente y resiliencia, en un mundo cada vez más desigual”.