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CHILPANCINGO, Gro., 8 de febrero de 2022.- En la localidad de Alcozacán, del municipio de Chilapa de Álvarez, se buscan 15 personas desaparecidas y se clama justicia para otras 36 que han sido asesinadas en los últimos tres años.
Los pobladores cuentan que el terror llegó a sus pueblos con la incursión del grupo Los Ardillos, una célula criminal que ha ganado terreno en las regiones Centro y La Montaña de Guerrero.
Desde ese momento, la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias-Pueblos Fundadores (CRAC-PF), se ha mantenido firme ante la embestida de este grupo, y de otro, Los Rojos.
Las recientes desapariciones de personas, entre diciembre y enero pasado, ha sido el detonante para que los pobladores salieran de su comunidad a protestar y pedir la intervención de las autoridades.
Una de esas manifestaciones se hizo el pasado 27 de enero, cuando los pobladores bloquearon la carretera por dos días en la Chilapa-Tlapa, en el poblado de Zompeltepec.
El bloqueo fue retirado tras un acuerdo con la Fiscalía General del Estado (FGE), a la que demandaron ejecutar un protocolo de búsqueda para dar con el paradero de Pablo Hilario Morales, comandante regional de la Policía Comunitaria de Zacapexco, y de otro policía comunitario de Tula, Samuel Hernández, ambos desaparecidos el 25 de enero.
Este martes, la titular de la FGE Sandra Luz Valdovinos se reunió por segunda ocasión con los pobladores, pero no hizo aportaciones sobre el caso de las dos personas desaparecidas.
En la cancha de la localidad, Valdovinos pidió un voto de confianza para continuar las investigaciones y pidió seguir los tiempos legales. También se comprometió a hacer otras gestiones referentes a salud y educación.
Jesús Plácido, dirigente del Consejo Indígena y Popular de Guerrero Emiliano Zapata (Cipog-ez), exigió a la fiscal que se investigue a los policías municipales de Atlixtac, así como a diversas autoridades municipales.
Plácido se deslindó de los dos grupos criminales que se pelean el territorio y dijo que el objetivo de estos es el reclutamiento de jóvenes y tener el control de los ayuntamientos.
Los que viven en Alcozacán, afirman que no pueden entrar sin salir muertos de Chilapa, su principal fuente de suministro de víveres y despensa.