Toman planta de la CAPAMA para exigir desazolve en colonia
CHILPANCINGO, Gro., 19 de abril de 2022.- El fraile franciscano José de Jesús González Hernández fue presentado este martes como nuevo obispo de la diócesis Chilpancingo-Chilapa, sucesor del ahora obispo emérito Salvador Rangel Mendoza.
En su primer mensaje ante reporteros, González Hernández admitió que “ojalá lleguemos a dialogar” con grupos de la delincuencia organizada, como lo hacía su antecesor Rangel Mendoza, aunque matizó que ya tiene la experiencia de con quiénes no se dialoga porque luego “están drogados”.
Pero luego afirmó que en este caso él aprendería del obispo Rangel, quien “ya ha dialogado” con los narcotraficantes del estado.
Por otro lado aseguró que buscará “reconciliar” y ofrecer disculpas a las autoridades estatales, para retomar el diálogo con el gobierno, ya que indicó que “no puede haber distanciamiento entre Iglesia y las autoridades”.
Antes, durante su presentación, recordó que el Papa Francisco le dijo que fuera sencillo y por ello pidió que a él le pueden llamar simplemente “Chuy”, en referencia a su segundo nombre.
González Hernández, quién viene de ser obispo de Jesús María del Nayar, en Nayarit, dijo que llega a un lugar donde “no estamos en guerra, pero también hay armas y también hay quien asuste los caminos”.
Indicó que hay mucho trabajo y grandes desafíos como la paz, y que viene a “sumarse a todos los que buscan el progreso de los pueblos, sobre todo de los marginados, de los indígenas, de los que no alcanzan a ir a los centros de salud, a la escuela, de los que no tienen trabajo y los campesinos”.
Agregó que en sus misas pide para que los gobiernos “no se corrompan porque se les han encargado comunidades y pueblos para el bien de todos, principalmente de los más pobres y que no se enriquezcan unos poquitos”.
El nuevo obispo de la diócesis Chilpancingo-Chilapa aseguró que él va a predicar “hasta donde llegue o hasta donde me dejen llegar también, porque pues andamos en campos minados”.
“Yo a veces les digo que voy a andar con barbita, antes presentaba hasta el vehículo y les decía: este voy a ser yo, para que no me vayan a venadear, o si me quieren venadear no vayan a confundir a otros, mejor que le atinen, para que no se lleven a otros de por medio”, expresó.
Dijo que la misión de la Iglesia y de los franciscanos es llevar diálogo y paz a aquellos “hermanos que están enojados o endemoniados”.
Pidió a los pueblos indígenas que lo adopten y abogó porque algún día exista una Iglesia autóctona y existan clérigos nativos de las etnias que hay en Guerrero y en todo el país.
Por su parte, el ahora obispo emérito Salvador Rangel Mendoza declaró que a él le gustaría que la diócesis Chilpancingo-Chilapa continuara el diálogo con los grupos delictivos y con el gobierno, y se propuso como intermediario entre el nuevo obispo y el narco.
Dijo que al gobierno y a los grupos delictivos les conviene que haya silencio y que tanto la Iglesia como los medios de comunicación también se sumen a ello, pero aseguró que debe preponderar el diálogo.
Rangel Mendoza abogó porque los grupos delictivos en Guerrero puedan someterse en la Ley de Amnistía que propuso en Quechultenango durante su campaña el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, ya que afirmó que no son tan malos.