Derrapa joven al circular en su moto en Ometepec
ACAPULCO, Gro., 31 de octubre de 2023.- Dieciséis integrantes de una familia que viven en el poblado Tres Palos, en la zona rural del puerto, no ha recibido apoyo de ningún nivel de gobierno, a una semana del paso del huracán Otis que destruyó el puerto.
El matrimonio conformado por la señora María Félix Adame Sánchez y Calletano Salinas Brito tienen a su cargo a 12 nietos, hijos e hijas de Dominga, Margarita y Adela, sus tres hijas.
La pareja vive desde hace 30 años en una zona alejada del poblado con más habitantes del Acapulco rural; desde entonces son viveristas y de eso han mantenido a su familia.
Sin embargo, la destrucción que Otis dejó en su pequeño negocio, no solo les arrebató su humilde vivienda, sino que también afectó los predios donde hacían crecer las plantas.
Aunado a ello, los terrenos continúan inundados y, los enormes troncos que destruyeron la casa, no han podido ser retirados pues requieren de una motosierra y la ayuda de mas personas para mover los restos de las palmeras que alguna vez dieron sombra.
La señora María Félix Adame Sánchez cumple este martes 58 años y a pesar de la adversidad por la que han vivido durante siete días ante la falta de comida, está satisfecha porque nadie resultó lastimado la noche del martes pasado.
Don Calletano, resignado porque le falta un año para cumplir los 65 en agosto próximo para recibir la pensión de adultos mayores del gobierno federal, se dice dispuesto a seguir adelante para alimentar a sus nietos y nietas, cuyas edades van de los 17 a los seis años.
Por si fuera poco la responsabilidad de cuidar a los niños y a las niñas, la noche que el poderoso huracán tocó tierra, una gatos parió a cinco gatitos en una cajonera, aumentando así el número de integrantes de por sí numerosa familia gatuna, pues tenían cinco felinos antes, por lo que suman una decena de michis.
Cuando Quadratín Guerrero acudió al poblado este martes, se pudo observar que esa vivienda y otras cinco, están alejadas de las vías de acceso, pues solo se puede llegar a ellas a pie, por los caminos que antes fueron terracería y que ahora son lodazales o escorrentias.
El matrimonio y dos de sus hijas, Dominga y Margarita comentaron que en la contingencia que provocó el paso de los meteoros Manuel e Ingrid, en 2014, no fueron censados ni recibieron apoyos de ninguna índole, por lo que pidieron a las autoridades mayor organización, pues son muchas familias que claman por alimento.