Propuestas y soluciones
Acapulco: entre la tragedia, el gobierno, la solidaridad y el oportunismo.
Los impuestos son dinero público que debe usarse para el bien común. Pero la preferencia es para los que menos tienen y pagan sus impuestos pero no al revés.
El 25 de octubre será una fecha muy especial para Guerrero sobre todo para Acapulco. Nadie será igual a partir de esta fecha. Por el acontecimiento en sí y por las diversas formas de digerirlo, de entenderlo, de justificarlo y de, sobre todo, echar culpas.
Se sabía que Otis llegaría. Pero su fuerza y velocidad sorprendió a todos, incluyendo a especialistas en huracanes. Ya no hubo mucho que hacer que no fuera tratar de salvarse.
Otis nos mostró de qué están hechos los hoteles más caros de Acapulco y que no cuentan con la mínima seguridad para los huéspedes en estos casos. También nos restregó en la cara el abandono social en que desde hace décadas se encuentran colonias y comunidades de Acapulco. Los sueldos tan bajos de quienes trabajan en los hoteles y restaurantes de lujo. Las condiciones económicas de vendedores informales, ambulantes, así como de pequeños negocios que a duras penas compiten contra cadenas de tiendas y restaurantes sobre la parte turística de Acapulco. Un Acapulco que ha dejado de ser de y para los acapulqueños desde que se privatizaron sus playas, se priorizó la inversión extranjera, bajo la justificación falsa de que los inversionistas extranjeros nos darían buenos empleos y habría progreso para el puerto. Esto nunca llegó.
Otis nos mostró que hay quienes siguen pensando y priorizando a los empresarios hoteleros y despreciando a los micro y medianos empresarios, la mayoría oriundos de este puerto, que son quienes más han perdido por el huracán. Ahora podemos leer en los medios como algunos políticos como Manuel Añorve Baños, Evodio Velázquez Aguirre, ambos ex alcaldes de Acapulco, y el chile de todos los moles, Ramiro Solorio Almazán, quien ha saltado del PRI al PRD, después al MC y hasta fue candidato del PSM y ahora se presenta como ciudadano demandando que el gobierno federal haga un fideicomiso con 300 mil millones de pesos para la reconstrucción de Acapulco con la prioridad para los hoteles y restaurantes de la zona turística del puerto. Porque miente si todos sabemos que el quiere ser el candidato a la alcaldía de Acapulco por el FAM (PRI, PAN y PRD).
Y no es que este mal que se apoye a los empresarios hoteleros y restauranteros, pero hay que decir las cosas por su nombre: ellos deben estar asegurados lo que les da una ventaja que la mayoría de los micro y pequeños empresarios no tienen y que a partir de estas experiencias hay que pensar en asegurarse.
Por otra parte habría que saber cual es la situación fiscal de los empresarios a los que estos líderes del PRI, PAN y PRD quieren apoyar. Los impuestos los tenemos que pagar todos, pero hay quienes han disfrutado durante décadas de la condonación de sus obligaciones fiscales pero son los primeros en exigir el apoyo del gobierno. Así que hay que ser parejos.
Como dice el dicho no faltan quienes quieren hacer leña del árbol caído. Y hay quienes usan la desgracia ajena para beneficio electoral. Y lo peor es que abiertamente lo hacen y recurren a la mentira. Tal es el caso de Yoshio Ávila González quien ahora reparte despensas en algunas colonias con la esperanza de que le agradezcan con votos para ser presidente municipal de Acapulco. Ahora a esto se le llama pragmatismo. Antes le decíamos oportunismo de derecha. Como sea no es positivo.
Y hablando de estos vicios ahora resulta que el diputado local por Morena, Macedonio Mendoza Basurto, renunció a Morena para apoyar al partido Movimiento Ciudadano en las próximas elecciones. Y este tipo de personajes son los primeros en decir que por sus principios y convicciones ideológicas y políticas cambian de colores como el camaleón.
Ahora resulta que las aseguradoras no se sienten con la capacidad para enfrentar el problema que dejó Otis, pero si pudieron recibir los pagos. Otis obliga a legisladores a tratar este punto para que las aseguradoras cubran sus compromisos y no se escondan bajo las letras más chiquitas.