Teléfono rojo
Una de asentamientos en alto riesgo
Los desastres naturales son procesos con origen en la naturaleza, entre los más comunes están los sismos, terremotos, tormentas, huracanes, inundaciones, erupciones volcánicas. Ellos generan situaciones destructivas que afectan a quienes los experimentan.
Pero los humanos podemos agravar la situación y convertirle en desastre o tragedia. Para quienes estudian esta disciplina, es la intervención humana la que juega un papel decisivo para que un fenómeno natural se convierta en catástrofe. Cuando actuamos en contra del medio ambiente, estamos volviéndonos más endebles.
Lamentablemente se esgrimen razones como la pobreza, la necesidad de contar con una vivienda para alentar y legalizar asentamientos humanos en zonas de alto riesgo y que son una amenaza a la vida de las personas. Estas conductas se disfrazan de actos de justicia social cuando en realidad se trata de mecanismos de control político electoral o de presión para obtener canonjías.
Hay autoridades que le construyen un marco legal a las invasiones precaristas para ganar legitimidad, volviéndoles damnificados permanente de cada lluvia torrencial, huracanes, desbordamiento de ríos y otro tipo de fenómenos naturales cuyo saldo llega a cuantificarse en pérdida de vidas humanas.
Tales comportamientos son frecuentes en la Región Pacífico Sur, la cual, ya de suyo, es un territorio muy vulnerable a dicho tipo de calamidades como ya lo hemos visto en este espacio.
Tan solo en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, mil familias tienen sus hogares en ubicaciones vulnerables, ya sea en las orillas de los arroyos, dentro de los cauces o en las paredes de los afluentes.
La capital del estado está cruzada por los ríos y arroyos El Zope, Cerro Hueco, El Zapotal o Santa Ana, Pojpón, San Roque Jotipak o El Zope, Guadalupe o San Pascualito, La Corbanera, Jamaipak o La Calera, Penipak o El Arenal, La Laguna, San Agustín, La Chacona, Lupanospak o Pomarrosa, Potinaspak, Colón o El Poti, San Francisco, San José, Totoposte y 24 de Junio.
Todos ellos representan un desafío para la ciudad debido a su capacidad limitada para manejar grandes cantidades de agua en caso de lluvias intensas, pero además las autoridades municipales han regularizado dichos asentamientos en las márgenes de estas afluentes y en consecuencia, han reducido el área hidráulica disponible para el flujo de agua, lo que aumenta significativamente el riesgo de desbordamiento.
En caso de precipitaciones superiores a los 106 milímetros en un período de una a tres horas, Tuxtla Gutiérrez corre el riesgo de sufrir inundaciones en varias áreas de la ciudad.
Hasta el 2021, en el territorio chiapaneco se contó con un registro de entre 350 mil a 550 mil viviendas sin escrituras, la mayoría de ellas se encuentran en ejidos y comunidades y en zonas de alto riesgo, con datos del INEGI.
El territorio guerrerense es altamente vulnerable a diversos fenómenos naturales que incluyen bajas temperaturas y también el asentamiento en dichas zonas es elevado.
Sin ir más lejos, inicialmente, una semana después del impacto del huracán categoría 5, la Comisión Nacional del Agua (Conagua), 47 de los 81 municipios que hay en Guerrero fueron declarados como zona de desastre. Días después esa condición solo se aplicó a Acapulco y Coyuca de Benítez.
En el primer municipio, en el 2021, se tenían registradas cinco mil 550 familias en 120 zonas de alto riesgo, mientras que en el 2022 según Protección Civil municipal, fueron notificados cuatro mil 495 familias, que viven a las orillas de las barrancas, cauces, canales.
De acuerdo al censo se registraron mil 55 familias, menos notificadas en comparación al censo del 2021, sin embargo, el número de zonas de riesgo aumento en 166 en comparación a las 120 que se ubicaron durante 2021. La cantidad de familias notificadas, representan entre 10 mil 500 a 13 mil 600 personas viviendo en casas construidas en sitios no seguros.
En el puerto, además de tener invadidas 286 zonas de alto riesgo, también, se tiene un total de 119 zonas inestables que también están consideradas como áreas inhabitables.
Actualmente hay alrededor de 500 asentamientos irregulares en Morelia, de los cuales, casi el 50 por ciento (230) están en algún punto de su proceso de regularización.
Las viviendas irregulares se encuentran prácticamente en toda la periferia, aunque hay dos franjas particularmente densas: pasando el periférico Paseo de la República, de Villas de la Loma y San Isidro Itzícuaro (poniente) a la Tenencia Morelos (sur); en el norte, desde la colonia Cumbres del Quinceo hasta los alrededores del Fraccionamiento Puerta del Sol.
Además, hay dos zonas particularmente densas de viviendas irregulares en La Aldea (poniente) y El Durazno (sur).
Oaxaca se encuentra en una zona de alto grado de incidencia de fenómenos naturales, cada año registra un importante número de desastres de distinta magnitud, en diferentes niveles de pérdidas y daños.
El Censo de Población y Vivienda 2020 del INEGI, señala que en Oaxaca la población total asciende a 4 millones 132 mil personas, la suma de personas afectadas principalmente económicamente por fenómenos naturales y por año desde 2018 a 2021 es de 4 millones 278 mil 399 en cerca de 300 de los 570 municipios del estado.