Corrupción neoliberal
Natalia Parra del Ángel*
Acapulco con su clima tropical que incluso ha conquistado a extranjeros que lo disfrutan, en mayor medida se lo debe a esa cordillera montañosa de encinos y selva caducifolia que rodea la bahía, conocida como el Parque Nacional El Veladero, con 3 mil 617 hectáreas, casi cuatro veces el tamaño del bosque de Chapultepec de la Ciudad de México.
La noche del 24 y madrugada del 25 de octubre pasado, el huracán Otis destruyó Acapulco y alteró el clima, percibiéndose un incremento de entre 2 y 3 grados en la temperatura, mientras que el impacto ambiental fue brutal en El Veladero.
Muchos árboles fueron arrastrados, arrancados de raíz. Los que quedaron en pie lucían totalmente desnudos, sin follaje otros sin ramas, incluso en los primeros días después de ese meteoro, los acapulqueños sufrimos de alta radiación UV e incremento de temperaturas.
El Veladero nos proporciona valiosos servicios ambientales como agua dulce, aire limpio, flora y fauna que sustentan y regulan el clima que todos disfrutamos.
El Parque Nacional El Veladero fue decretado en 1980 como Área Natural Protegida, a cargo de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp). Sin embargo no existe vigilancia del Parque Nacional ni información que promueva la apropiación del sitio por los acapulqueños.
El acceso más práctico a El Veladero es por la zona arqueológica de Palma Sola, con sus 18 rocas con petrograbados, pero la mayoría de los porteños no conocen esta área natural ni sus características, a pesar de que sólo está a 20 minutos del también deforestado Parque Papagayo.
A tres meses del paso de Otis, la Conanp no ha informado cuántos árboles sucumbieron al huracán en El Veladero, mientras que la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales de Guerrero calculó que perdimos 2 millones de árboles en Acapulco.
En tanto, el Municipio añade la pérdida de al menos 350 árboles adultos, enlistados como protegidos en la zona turística, el Zócalo, el parque Papagayo, frente al hotel Dreams y la casa de Tarzán, el hotel Flamingos, etcétera, así como diversos parques, calles, áreas públicas, mientras que también sucumbieron 200 palmeras, hábitat de pericos y lechuzas formadas a lo largo de los 12 kilómetros de la avenida turística Costera Miguel Alemán.
Semaren anunció una reforestación con 2 millones de árboles en los municipios de Acapulco y Coyuca de Benítez, aunque no ha informado sobre la fecha en que iniciará la reforestación en el puerto, ni el método, áreas de reforestación, etapas, participantes y sobre todo cómo se garantizará el exitoso crecimiento de esos árboles.
Y es que, la mayoría de las reforestaciones masivas terminan en la foto de inauguración con algunos árboles sembrados a pala por políticos y días después, se registra la muerte de los mismos árboles. Esperamos que eso no ocurra en el programa del gobierno del estado para Acapulco.
La solución no es inmediata, por lo que deben coordinarse las dependencias ambientales de los tres órdenes de gobierno, para lanzar una agenda climática post Otis y poder tener resultados a mediano y largo plazo.
La Conanp ha evitado informar cuál es el diagnóstico del impacto del huracán Otis al Parque Nacional El Veladero bajo su resguardo y cuáles serán las acciones que realizarán y cuándo se pondrá en marcha el Plan de Manejo que evite vulnerar aún más una área natural, hasta ahora, desprotegida.
Y surge la pregunta: ¿Cuál es el programa de mitigación al Cambio Climático que llevarán Acapulco y Coyuca de Benítez?
*Directora de la organización ambiental MarSelva Conservación AC. Es licenciada en Ciencias de la Comunicación y maestra en Gestión y Auditorías Ambientales. Ha colaborado como corresponsal en Guerrero de medios como The Associated Press, France Press, Monitor de Radio Red, Milenio Diario y RadioFórmula.