El agua, un derecho del pueblo
Lo que viene de afuera
Una de las principales fuentes de divisas del país son las remesas enviadas por los connacionales en el extranjero, principalmente en Estados Unidos. Esos recursos monetarios crecieron un 7.6 por ciento durante el año pasado para anotar un nuevo récord histórico, al sumar 63 mil 313 millones de dólares, por encima de los 58 mil 868 millones de dólares alcanzados el año anterior, informó el Banco de México (Banxico). Esto quiere decir que cada paisano en EEUU mandó a sus familiares en México 7 mil pesos.
Sólo en diciembre, los recursos aumentaron un 2.1 por ciento interanual a 5 mil 490 millones de dólares, impulsados principalmente por un mayor número de envíos.
Las entradas de divisas ligaron 10 años en expansión, y los analistas estiman que en el presente año el país podría captar entre 66 mil y 68 mil millones de dólares.
Sin embargo, el avance anual quedó por debajo del visto en 2022, cuando las remesas crecieron 12.08 por ciento. El incremento es el más modesto desde el cierre de 2015.
El superávit de la cuenta de remesas de México con el resto del mundo fue de cinco mil 391 millones de dólares, que se compara con el de cinco mil 292 millones de dólares de diciembre de 2022. Estados Unidos de América (EUA) es el país de origen de 95.4 por ciento de las remesas que llegan a México, seguido por Canadá con 1.1. Las remesas representan cerca de 4 puntos porcentuales del producto interno bruto (PIB) de México.
Al incrementar el ingreso de los hogares, tienen efectos a través del consumo que estos hogares llevan a cabo utilizando esos recursos, las remesas pueden inducir un crecimiento del PIB regional. Pero no tienen un impacto mayor puesto que son el resultado del trabajo efectuado fuera de las fronteras del país. Además La mayor parte de las personas que reciben remesas en México no cuentan con una amplia cultura financiera.
Otro dato importante es que el 71.1 por ciento del número de las remesas tienen un receptor de género femenino. La evidencia empírica muestra que la mayoría de ellas son cónyuges de los trabajadores mexicanos en el vecino país del norte y otras son sus madres. De hecho, el 10 de mayo –fecha en la que todos los años se celebra el Día de las Madres en México- es uno de los picos notorios en el envío de recursos monetarios al país.
Casi el 40 por ciento de las personas receptoras de remesas en México tienen entre 50 y 60 años de edad.
Debe ponerse mucha atención en el hecho de que los ingresos de los hogares más pobres de México están sujetos a las ayudas del exterior. (Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares 2022.Instituto Nacional de Estadística y Geografía).
Las remesas representan un porcentaje moderado con relación al tamaño de la economía mexicana, pero alcanzan porcentajes muy elevados con respecto del PIB de algunos estados del país, particularmente aquellos con menores niveles de producto per cápita.
En el caso de la Región Pacífico Sur, durante los recientes 12 meses se recibieron 16 mil 472 millones de dólares en remesas. La recepción estuvo distribuida de la siguiente manera Michoacán 5 mil 409.1 millones de dólares; Chiapas 4 mil 367.2; Oaxaca 3 mil 213.9 y Guerrero 3 mil 181.8
Las transferencias en dólares representan 15.6 puntos del PIB para Guerrero; 14 en el caso de Chiapas; 13.1 del PIB para Michoacán; y 11.6 de Oaxaca.
Chiapas es uno de los estados más pobres del sur de México y por ahí pasan los migrantes que cruzan desde Guatemala. Lo que indica que también hay flujos intrarregionales de remesas.
Los migrantes se quedan más tiempo en México, lo que podría seguir incrementando las remesas a México sigue aceptando expulsiones por frontera terrestre de cuatro países: El Salvador, Guatemala, Honduras y más recientemente, Venezuela.
Las remesas recibidas en el país de los migrantes mexicanos en Estados Unidos tienen un significado contradictorio en la percepción de la riqueza nacional. Las remesas representan un flujo creciente de dinero del exterior que ayuda a estabilizar macroeconómicamente a la economía nacional, apoya el crecimiento económico en las regiones con mayor recepción y aumenta el bienestar en 1.8 millones de hogares receptores.
A veces no es que se necesiten los dólares, sino que se prefieren, diría la abuela.