Teléfono rojo
El agua seca
El cambio climático representa uno de los mayores desafíos para la humanidad en la actualidad, intensificando la crisis global del agua. La variabilidad climática, junto con fenómenos extremos como sequías e inundaciones, está generando un impacto devastador en la disponibilidad de agua potable.
Este problema no solo afecta la disponibilidad de agua para el consumo humano, sino que también impacta en la agricultura, las industrias y los ecosistemas, generando consecuencias negativas como la escasez de alimentos, la migración de poblaciones y la pérdida de biodiversidad.
Frente a esta situación, es fundamental mejorar la gestión del agua en la región.
La crisis hídrica en la Región Pacífico Sur (Chiapas, Guerrero, Michoacán y Oaxaca) podría tener varias consecuencias económicas y sociales muy significativas.
En resumen, la crisis hídrica en la RPS no solo afectaría la disponibilidad de agua para consumo humano y actividades productivas, sino que tendría repercusiones económicas amplias que podrían afectar negativamente el desarrollo económico y social del resto del país.
Las cuatro entidades son importantes productoras agrícolas en México. La escasez de agua afectaría la producción de cultivos clave como maíz, café, frijol, mango, entre otros. La reducción en la producción agrícola podría llevar a menores ingresos para los agricultores, pérdida de empleos agrícolas y un aumento en los precios de los alimentos, especialmente a nivel local.
Algunas de estas entidades son destinos turísticos importantes en México, como Acapulco en Guerrero y Oaxaca. La escasez de agua podría afectar la calidad de vida de los residentes y la infraestructura turística, lo que a su vez podría reducir el atractivo turístico y disminuir los ingresos provenientes del turismo.
La falta de agua también afectaría a las industrias que dependen del agua como insumo básico para la manufactura, como la industria alimentaria, textil y de bebidas. Esto podría llevar a una disminución en la producción industrial y posiblemente pérdida de empleos en estas áreas.
La generación de energía hidroeléctrica podría verse afectada, lo que podría llevar a una mayor dependencia de fuentes de energía más costosas o menos sostenibles, aumentando así los costos de energía para las empresas y los hogares.
La falta de agua potable podría llevar a problemas de salud pública, aumento de enfermedades relacionadas con el agua y mayores costos en salud para la población. Además, la migración interna podría aumentar si las condiciones económicas y sociales empeoran debido a la crisis hídrica.
En Chiapas, uno de los estados más ricos en recursos hídricos de México, la realidad contrasta con la abundancia de lagunas y ríos. A pesar de contar con al menos cinco lagunas y 47 ríos, incluyendo el poderoso Grijalva, las mujeres chiapanecas se enfrentan a dificultades extremas para acceder al agua en sus hogares, teniendo que recorrer distancias de hasta cuatro o cinco kilómetros cargando el vital líquido.
Mientras el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) indica que el 60 por ciento de la población chiapaneca tiene acceso al agua, los informes del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) señalan que el 95 por ciento de la población en el país cuenta con agua entubada o potable en sus hogares. Sin embargo, estas cifras no reflejan la realidad en Chiapas y otros estados de la RPS.
La Comisión de Agua Potable y Alcantarillado de Chilpancingo (Capach) declaró que la ciudad está atravesando una crisis de agua sin precedentes, catalogada como la más grave de los últimos 25 años. Esta situación se atribuye a un estiaje atípico que ha impactado los niveles de agua en la región.
En tanto Acapulco requiere de una inversión de 600 millones de pesos, para resolver el problema del desabasto de agua potable. Zihuatanejo es un municipio con sequía moderada, de acuerdo con el Monitor de Sequía en México. La Comisión de Agua Potable y Alcantarillado de Zihuatanejo estima que, de dos a tres años, Zihuatanejo pasará de sequía moderada a severa.
En el caso de Michoacán según 107 municipios presentan algún nivel de sequía, en términos porcentuales es el 94.7 respecto al total del estado, 82 municipios reportan sequía extrema, 22 Sequía severa, 3 sequía moderada y 6 anormalmente seco.
Solo el 1.2 por ciento del territorio michoacano no reporta afectaciones por sequía, en contraste con el 45.7 por ciento de área con sequía extrema y 22. 2 por ciento con sequía severa.
La ciudad de Oaxaca atraviesa actualmente una de sus más grandes crisis en el suministro de agua potable, que está generando una creciente inconformidad social a partir de manifestaciones y bloqueos, en las áreas conurbadas a la ciudad capital.
El sector empresarial (hoteleros, restauranteros, inversionistas) ven con preocupación la escasez cada vez más aguda y su encarecimiento en el suministro cada 30 o 40 días, lo que genera costos adicionales en la operación a través de pipas.
Tan solo en lo que va del 2024 en la ciudad de Oaxaca los precios de las pipas de 10 mil litros se han incrementado en más de un 35 a 50 por ciento. Y las de 15 mil litros en más de un 100 por ciento.
Para hacer frente a la crisis hídrica, se requerirían inversiones significativas en infraestructura hídrica, como sistemas de captación y distribución de agua, desalinización o tratamiento de aguas residuales. Estas inversiones podrían representar una carga económica para el gobierno y las empresas.
Tener agua y no poder beberla es una trágica ironía, diría la abuela.