El último aliento
Claudia en la zona de emergencia frecuente
Claudia Sheinbaum encontrará un Acapulco al que le ha llovido y, según los pronósticos meteorológicos, podría lloverle sobre mojado, o Dios no lo quiera, sobre inundado, durante la visita que anunció para el próximo miércoles.
En la que sería una de sus primeras acciones como presidenta en funciones luego que este martes le sea colocada la banda presidencial encabezará la atención a las zonas afectadas por el huracán John que ha dejado 15 muertos y más de 4 mil 300 damnificados solo en este puerto.
Esto cuando Acapulco aún no se ha recuperado en su totalidad de la devastación causada por el huracán Otis hace 11 meses. Éramos muchos y parió la abuela, reza un dicho popular. Y lo que se sume, porque la temporada de ciclones aún no ha terminado.
Hablando de lluvias este puerto ha sido zona de emergencia frecuente, y cada vez más a menudo y con fenómenos más extraordinarios.
Paulina que el 9 de octubre de 1997 descargó una gran cantidad de agua que ocasionó derrumbes y desbordó ríos; Ingrid y Manuel que en septiembre de 2013 combinaron sus efectos; Otis en octubre de 2023 con una fuerza de viento nunca vista devastó al puerto afectando por primera vez su zona hotelera y con ello pegando directamente al empleo, y ahora John con cantidades de agua y una lentitud de desplazamiento extraordinarias.
Entre Paulina y Manuel e Ingrid hubo 16 años de diferencia. Entre éstos y Otis una distancia de 10 años. De Otis ha John han pasado apenas 11 meses.
Los fenómenos ciertamente cada vez son más frecuentes y destructivos, pero los problemas de Acapulco que ayudan a que ocasionen un mayor daño son los mismos de siempre en una ciudad que ha crecido a costa de invasiones de cerros, laderas, barrancas, cauces, y manglares.
Donde lo mismo el pobre que el rico se han atrevido a desafiar a la naturaleza que solamente recupera lo que es suyo, aunque el primero es el que sufre las consecuencias, mientras el segundo cuenta sus ganancias como sucede con los desarrolladores de vivienda y autoridades corruptas que hicieron posible que ellos construyeran impunemente.
Habría que ponerse en los zapatos de trabajadores que con su salario mínimo adquirieron un crédito leonino para pagar durante muchísimos años una vivienda donde su familia y su patrimonio están en riesgo, avalado esto por gobiernos que dieron las facilidades para construir en manglares e instituciones a las que solamente les interesa cumplir sus metas de colocación de créditos.
Ya no hablemos de peritos, notarios públicos, y muchísimos más actores involucrados que seguramente arrojaría una investigación como la que prometió el 28 de septiembre de 2013 Enrique Peña Nieto para deslindar responsabilidades sobre el otorgamiento de permisos para construir en lugares inundables de la zona Diamante afectadas por Ingrid y Manuel en ese entonces, y de la que ya nunca se supo nada. Aquel que se jactaba de “te lo firmo y te lo cumplo”, no cumplió.
A quienes compraron en esos desarrollos se les debe indemnizar, y a los responsables obligarlos a pagar. No es posible que ellos pasen otra temporada de lluvias ahí mientras quienes les vendieron el peligro nadan en billetes e impunidad.
EL TON Y EL SON
1.- En Guerrero hay gobernadora, se llama Evelyn Salgado Pineda y se le vio liderando la atención a los guerrerenses en todas las zonas afectadas por John en el estado, desde el primer momento. No existe la menor duda.
2.- Otra que se la rifó en su municipio fue Abelina López Rodríguez, a quien le han tocado dos contingencias en menos de un año, y la amenaza de otra se forma en el océano, cuando está por iniciar su segundo periodo al frente de la alcaldía.
3.- Alejandro Arcos es un hombre prudente. Asume el poder en Chilpancingo sin ostentaciones, en respeto a sus paisanos afectados por las lluvias tanto en la capital como en el estado.
REVOLCADERO
Algo se debe hacer con la mentalidad delictiva de muchos acapulqueños, que en medio de la desgracia sólo piensan en saquear.