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ACAPULCO, Gro., 24 de octubre de 2024.- El académico de la facultad de Ciencias Ambientales de la Universidad Autónoma de Guerrero (Uagro), José Ignacio Benítez Villasana dijo que hay daños incuantificables en términos biológicos en los ecosistemas costeros tras el golpe del huracán John.
En entrevista para Quadratín Guerrero consideró que la incipiente restauración que se hizo cuando devastó el huracán Otis el año pasado, las inundaciones de John echó por la borda cualquier esfuerzo de recuperación que se pudo hacer.
Explicó que Otis deforestó todos los ecosistemas, provocando con ello que hubiera mucho material de combustión para la temporada de estiaje, subió la temperatura y, con la lluvia de John, el suelo que había quedado expuesto se saturó por el agua y perdió el soporte, por lo que comenzó a fallar y se deslavó, llevando a los cuerpos de agua esos sedimentos.
“Se taparon canales, se taparon viviendas y todo eso terminó en las lagunas y en el mar, porque al abrirse las barras, todos esos alimentos, seguro provocaron afectaciones en corales y especies marina”, explicó Benítez Villasana.
Pero no fue todo el daño, sino que estimó que las especies que existían en ecosistemas lagunares y marinos podrían reducir su población hasta 50 por ciento debido al impacto que provocaron estos fenómenos naturales.
Advirtió sin embargo que el daño no termina ahí, pues son 60 pueblos que dependen de la actividad en torno a las lagunas y al disminuir su producción habrá afectación económico en la zona y eso generaría inseguridad y pobreza.
“Las lagunas están desequilibradas en sus funciones naturales, las especies de vegetación como como los mangles y otras especies ribereñas, están rebasando sus límites de funcionamiento debido a que casi la mayor parte de la vegetación está en la orilla de los ríos y de las lagunas, que están saturadas y sobre exigidas después de los embates de los huracanes Otis y John”, dijo.
Antes de John, continuó, los ecosistemas costeros debieron recibir recuperación asistida, pues el daño ambiental es incuantificable y no será tan fácil recuperarlos.
“Se requiere tener una mirada hacia la sustentabilidad, respetar el medio ambiente ante obras de impacto, como en el caso de libramientos y carreteras para que sean construidas respetando los ecosistemas. Si el gobierno sigue dando prioridad a la economía, y a la parte política, en respuesta la sociedad organizada debiera comenzar a organizar sus planes de adaptación ante el cambio climático, lo mismo que las universidades y no quedarnos solo en las aulas”, convocó el universitario.
Afirmó que pensar en el futuro que espera después de los embates de los huracanes, en cierta medida es desalentador por la forma de actuar no sólo de las autoridades si no de los habitantes de la ciudad.
“Si nosotros como sociedad, incluido el gobierno, seguimos haciendo lo mismo que estamos haciendo hasta ahora, las afectaciones seguirán o incluso, serán de mayor impacto. Pero la intención de aprender y reconocer lo que hemos aprendido es que tenemos que hacer las cosas diferente, se tiene que pensar en la parte ambiental, si no queremos seguir viviendo lo mismo”, expuso.
Advirtió que en lo futuro, si en una obra carretera se respetan los ecosistemas y se busca disminuir el impacto, incrementará su costo, porque requerirá otras adecuaciones para que los pasos de agua y canales queden liberados.
“Eso encarece al triple todas las obras y evidentemente el gobierno prefiere hacer tres obras que afecten a los ecosistemas a hacer una que esté bien hecha. La sociedad civil debe actuar y presentar sus propios planes de adaptación ante el cambio climático”, subrayó.