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Teléfono rojo
Y, sin embargo, las remesas crecen
A pesar de a la desaceleración de los últimos meses. La recepción de remesas en el país ha registrado un nuevo récord histórico.
En 2024, el monto de los envíos de dinero desde el extranjero hacia el país alcanzó los 64 mil 745 millones de dólares, una cifra sin precedentes desde que el Banco de México tiene registro y un aumento de 2.25 por ciento respecto a 2023.
La gran mayoría de estos flujos vienen de Estados Unidos, donde vienen más de 20 millones de mexicanos o descendientes de mexicanos.
Desde ese punto de origen, las entidades de la Región Pacífico Sur recibieron 16 mil 483 millones de dólares, de los cuales, de acuerdo con los datos del Banco de México, a Chiapas correspondieron 4 mil 168 millones; Guerrero registró 3 mil 286, Michoacán 5 mil 646 y Oaxaca 3 mil 433.
A lo largo de la campaña electoral en Estados Unidos, y durante el periodo 2017-2021, se dio la imagen mediática de que una de las principales entradas de dinero a los bolsillos de los mexicanos estaba en peligro.
También influyó el frenón económico ocasionado por la pandemia y desaceleración económica que se observó en Estados Unidos.
A pesar de las políticas de Trump, que buscaban restringir tanto la inmigración como los flujos de remesas, México ha mantenido un crecimiento sostenido en la recepción de remesas. Esto ha sido gracias a varios factores:
Resiliencia de la comunidad inmigrante: A pesar de las amenazas de políticas restrictivas, muchos inmigrantes mexicanos en E. U. siguen enviando dinero a sus familias en México.
La motivación para hacerlo sigue siendo fuerte, pues las remesas representan un apoyo clave para la subsistencia de muchas familias.
Reducción de tarifas de envío: Las instituciones financieras y las plataformas digitales han logrado reducir las comisiones por envío de remesas, facilitando el flujo constante de dinero, lo cual contrarresta parcialmente las políticas arancelarias que puedan haber sido impulsadas por Trump.
Las políticas de Trump, que en su momento tuvieron un efecto de presión sobre estos flujos, se contrarrestaron en parte con:
Diversificación de los canales de envío: Muchos migrantes han optado por medios alternativos para enviar dinero a México, tales como plataformas digitales, que ofrecen menores costos y mayor flexibilidad frente a los canales tradicionales como las transferencias bancarias o las empresas de giros.
Fortalecimiento de las redes sociales y comunitarias: La presión sobre las comunidades migrantes ha generado un fortalecimiento de las redes locales e informales de apoyo mutuo.
Estas redes pueden actuar como un amortiguador, asegurando que las remesas lleguen a las comunidades que más las necesitan, aunque las políticas gubernamentales de Estados Unidos, se tornen más restrictivas.
Diversificación de las fuentes de remesas: Aunque Estados Unidos sigue siendo el principal emisor de remesas, en los últimos años ha aumentado la migración hacia otros países, como Canadá y algunos países de Europa, lo que también contribuye a diversificar las fuentes de remesas hacia México, especialmente en estados con alta migración internacional.
Para los estados del Pacífico Sur de México, como Chiapas, Guerrero, Michoacán y Oaxaca, la perspectiva sobre las remesas es mixta, pero generalmente positiva a pesar de los desafíos:
Crecimiento moderado de las remesas: Aunque podría haber cierta desaceleración debido a factores globales (como la desaceleración económica en EE. UU.), el aumento de las plataformas digitales y la resiliencia de la comunidad migrante permiten una expectativa de crecimiento moderado.
Reducción de la dependencia: A largo plazo, la diversificación de las fuentes de remesas y el fortalecimiento de las economías locales mediante políticas de inclusión podrían ayudar a reducir la dependencia de las remesas en algunas de estas regiones.
Desafíos: La persistencia de políticas migratorias restrictivas en EE. UU., junto con la creciente inflación global y las incertidumbres económicas, podría poner presión sobre los flujos de remesas, especialmente si se imponen más restricciones a las transferencias.
Aunque hay desafíos políticos y económicos, la tendencia actual sigue siendo positiva para las entidades del Pacífico Sur en términos de recepción de remesas, con un panorama moderadamente optimista para los próximos años, siempre y cuando las políticas de migración y de aranceles no se endurezcan de nuevo.
No hay daño que no tenga apaño, diría la abuela.