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ACAPULCO, Gro., 21 de marzo de 2025.-La periodista Marcela Turati, coordinadora de ¿A dónde van los desaparecidos?, denunció que la visita que ofreció el fiscal general de la República, Alejandro Gertz Manero al rancho de los crematorios clandestinos en Teuchitlán, Jalisco, se convirtió en una exhibición de desprecio, crueldad y maltrato a las víctimas.
En un hilo en su cuenta de X, la periodista publicó un hilo con una serie de videos, en donde hizo una crítica sobre la apertura del rancho del terror el jueves y exhibió que “lo que se les hace en lo oscurito (a las familias de personas de desaparecidas), ahora quedó televisado”.
“No somos perros, somos madres”, fue uno de los gritos que se escucharon cuando las familias, la mayoría madres, se desesperaron de que las tuvieran esperando bajo el sol y caminaron por su cuenta al rancho Teuchitlán, donde las esperaba otro golpe, mencionó.
Agregó que cuando la entrada al rancho Izaguirre se hizo embudo, las primeras madres salieron llorando; gritaban traumatizadas que el gobierno se había llevado las evidencias que tenía que mostrarles, que no había ropas, que las engañaron y que ya no sabrían de sus hijos.
Señaló que dentro del rancho, se vivió el terror. Una madre tirada en el piso, llorando a gritos, en trance, rodeada de cámaras de televisión, queriendo excavar con sus uñas. Todas perplejas: nadie les explicó “los hallazgos”. Las que descubrieron el sitio, indignadas: la Fiscalía había levantado todo.
Añadió que el paso al rancho de Teuchitlán se hizo sin control. Todos pisando lo que podría ser evidencia pericial; una pared a punto de caer; las madres todavía ahí hallaron en la tierra una maleta. Y el fiscal, por quien fueron familias de otros estados, no llegó ni mandó enviado.
Y terminó su hilo así: A falta de guías en el rancho, cada quien hizo su propio “tour del horror”. En las transmisiones de prensa nacional e internacional se oía: “Acá los sicarios desollaban, acá descuartizaban, acá calcinaban cuerpos con fuego y ácidos…”. Mezcla de rumores, notas e imaginación.